jueves, 25 de octubre de 2012

LA VISIÓN DE ELOY




ENTREVISTA A:
ELOY ENTRABASAGUAS MUÑOZ
POR:
CAROLINA VANESA ALCAIDE CUENCA



LA VISIÓN DE ELOY


Mi entrevistado se llama Eloy Entrabasaguas Muñoz, y nacido en 1946, es uno de los mayores representantes de la óptica, ya que fue de los primeros en crear comercios dedicados a ello; ¿quién no conoce Eloy ópticos?, siempre conocemos a alguien que ha comprado, o se ha mirado la vista en Eloy ópticos, por esto  he decidido realizarle la entrevista a él, ya que me parecía muy interesante, y no estaba equivocada.


Don Eloy Entrabasaguas



Eloy, se crió  en una familia acomodada, la cual siempre lo apoyó en sus proyectos y metas, aunque su infancia en la escuela no fue la más idílica.

Eloy entró en el colegio a la edad de tres años, el cual era mixto hasta los seis años, y guiado por monjas, el cual todos conocemos, Las esclavas. Este colegio siempre ha estado muy bien valorado, y muchos son los padres que se dan “tortas” por entrar en el, pero ninguno se para a ver, el tipo de educación que se establece en él y el tipo de profesorado, solo llevan a sus hijos allí, por el prestigio.


Colegio Sagrado Corazón"las esclavas"



Según mi entrevistado, las clases estaban divididas en dos, por un lado estaban las clases de los niños ricos, y por otro lado estaban las clases de niños pobres; los cuales eras niños recogidos por las monjas, niños, que sus propios padres no podían hacerse cargos de ellos, o simplemente, eran abandonados a su suerte.
Cuando algún niño de la clase rica, no se comportaba bien, o la propia monja, veía que el comportamiento no era el adecuado, se les castigaba a ir a la clase de los niños pobres, ya que se consideraba, como una deshonra.

Me parece increíble la discriminación de clases que hacían las propias monjas y los padres, ya que ellos mismos, consideraban que sus hijos no podían compartir el mismo espacio con otros niños que no tuvieran su mismo estatus.

Otro castigo, era el siguiente, si las monjas veían un comportamiento extraño o algo que a ellas no les parecía bien, ya sea una postura inadecuada, una palabra mal dicha o simplemente estar distraídos, pues castigaban a los alumnos contra la pared, y le echaban el babero por encima, pero el peor castigo, según mi parecer , era el siguiente, en una de las  escaleras del centro, en el hueco de las escaleras, había una pequeña habitación, minúscula, en la cual encerraban a los alumnos que se comportaban mal, a esta habitación se la conocía popularmente como “el cuarto de las ratas”,

Mi entrevistado ha estado varias veces castigado en dicha habitación, y me cuenta, como hoy día, no puede estar en sitios cerrados, y tampoco soporta el olor del serrín, ya que aquella habitación tenía ese olor tan peculiar.Al contarme esto me quede muy sorprendida y alucinada, ya que debo de recordar, que cuando lo sometían a estos castigos, mi entrevistado solo tenía  4 o 5 años, es muy duro pensar, que a niños tan pequeños se les pueda hacer tantas brutalidades, y debo de recordar también, que era un colegio privado, por el que se abonaba una cantidad, para que estos alumnos tuvieran una buena educación. No quiero ni pensar, en aquellos colegios públicos de la época, el tipo de castigos que se les imponían, ya que eran considerados como niños pobres.


Clase



A la edad de 6 años, Eloy se trasladó de colegio, a Los Maristas, también recocido por su buena reputación, aunque por lo que me ha contado Eloy, dudo de ella.

Colegio Los maristas


Eloy entraba a las 9 de la mañana al colegio, e iba andando a él, andaba todos los días un cuarto de hora para ir al colegio y otro cuarto de hora para volver. Al llegar lo primero que realizaban era rezar un rosario todos en el patio del colegio, para a continuación, ir todos a clase. Era un colegio solo de chicos, la diferencia de edad en la clase era solo de un año y los educadores eras todos hombres y además curas, solo habían mujeres que se dedicaban a las labores de la limpieza y a servir en el comedor escolar.

Los profesores eran muy severos, según me cuenta mi entrevistado, se hacia lo que ellos decían y siempre llevaban la razón, y si alguno lo cuestionaba, no dudaba en reprenderle mediante el maltrato físico, e incluso podría ser expulsado. El profesor no era aquel en el cual podías confiar y contarles tus problemas, ni siquiera preguntar sobre alguna lección que no entendías, ya que se consideraba que tu no estudiabas o bien un insulto hacia el profesor, ya que “él te lo había explicado perfectamente”, según las propias palabras de mi entrevistado.

Hay una anécdota que me cuenta Eloy, a la cual aún le estoy dando vueltas, porque me parece increíble, según Eloy, tenia un profesor que era muy estricto, a la vez que sátiro, dicho profesor, que debo de recalcar que era cura, ponía a sus alumnos en fila, para la clase de educación física, y cuando estos estaban distraídos, se colocaba por detrás y se rozaba contra ellos. Sus compañeros, se quitaban de inmediato, y este les regañaba, y les decía que no se quitarán, al narrarme esto, con mi cara de incredulidad, le dije que porque no iba al director o sus propios padres y lo denunciaba, y su respuesta fue que serian acusados de “ maricas” e incluso expulsados del centro para siempre, y además, los padres no tenían ningún contacto con la escuela y mucho menos con el profesorado, siempre el profesor va a llevar la razón y tu eras el mentiroso.  Al contarme esto no daba crédito, el como un adulto con poder, podía abusar de niños de 8 o 9 años, y no poder hacer nada, después de tomarme un tiempo para asumirlo seguí con mi entrevista.




Foto de clase


La siguientes preguntas que le formulé, eran acerca de las asignaturas, él me cuenta que las asignaturas que más le gustaba era la aritmética, y que tenia otras asignaturas como latín, literatura, historia del arte, física, matemáticas, formación del espíritu nacional, religión, y deporte, las cuales, eran conocida como las "tres Marías", ya que eran las fáciles de aprobar, según Eloy.

Al narrarme esto Eloy me miro, y me dijo, quieres que te cuente una anécdota que me paso; y por supuesto le dije que si, Eloy tenia un examen de Historia del arte, el profesor que le daba esta materia, era muy autoritario, y tenia a sus favoritos, mi entrevistado no estaba entre ellos, este profesor lo tenia entre ceja y ceja, y todo por ser contrario a los formalismo y tener su propio punto de vista, una idea muy revolucionaria para su época, según su profesor.

Pues bien, como mi entrevistado lo sabia, por como lo trataba, se preparo a conciencia el examen. En el temario, había apartados en grandes y  preguntas o subapartados en pequeños, que él decía que no eran importantes, y que no lo iba a preguntar, mi entrevistado que no era tonto, lo miro todo, y cuando el profesor, le preguntó, le realizó aquellas preguntas que no eran importantes, Eloy se la sabia de carretilla y lo dijo todo correctamente, aun así, le puso un nueve. Mi entrevistado me lo repitió varias veces, porque hoy día se acordaba de las preguntas y de las respuestas, y seguía indignado con ese nueve, ya que para él era indignante, que por no caerle bien al profesor le pusiera un nueve.

Al relatarme esto, me vino a la mente, hechos vividos por mi, ya que, a lo largo de mi vida escolar, he dado con profesoras, a las cuales no les he caído bien, y he notado como mi relación con ellas no era la misma que con otras compañeras. Es increíble que después de 40 años existan educadores y educadoras, que se dejen llevar por el apego hacia unos alumnos y otros.

A continuación, le pregunté sobre la influencia religiosa y política, el me respondió que la palabra de Jesús  y la de Franco, era lo correcto, y debías hacer lo que ellos te decían sin llevarle la contraria o tendrías problemas. Al contarme esto, me relató, que su abuelo, que se llamaba Eugenio Entrabasaguas, fue alcalde de Málaga, y que cuando Franco llegó al poder, al ser del bando contrario, lo mandaron a fusilar.
El me intentaba explicar como se sentía, cada vez que llegaba un general y daba la clase de formación al espíritu nacional, y tener que tragar con todo aquello, sin poder recriminar nada, porque a él también se lo podían llevar o a su familia, por lo que era mejor callar, y seguirles el juego.

Con esto me doy cuenta de lo afortunada que soy al vivir en una democracia, en la cual puedo expresar mi opinión, sin temor a ser arrestada, fusilada, o cualquier tipo de represalia hacia mi persona.

Otra pregunta que le realice, era acerca de las actividades extraescolares, ya que, por lo menos tuvieran tiempo para el ocio, pero no, no había actividades extraescolares, entraban a las 9 de la mañana daban todo el temario sin descanso, terminaban a las 13:00, algunos se quedaban a comer y otros no, según Eloy, la comida era malísima. Luego entraban a las 16:00 hasta 18:00, con un pequeño recreo, y ese era el día a día de los alumnos, en clases de 30-40 alumnos, compartiendo pupitres, con sus propios materiales, lápiz y hoja, básicamente.

Al pensar en ello, me doy cuenta de lo dura que era la educación, el como el alumno rezaba todo lo posible para que las clases pasaran lo antes posibles y poder ir a casa, al contarme todo esto, le pregunté, si en todos los años de vida escolar, se acordaba de algo, si tendría algún concepto, algo, pero su contestación fue clara y contundente, no tenia ningún concepto ni se acordaba de nada. Tantas horas en clase y tantísimos años en la escuela, para que no te acuerdes de nada, la verdad es que me parece muy triste.

Eloy, al narrarme su experiencia, en la escuela, tenía más relatos, sobre hechos traumáticos, que sobre la educación que recibía, tras 15 años estudiando, solo se le ha quedado lo malo, y no recuerda ninguna anécdota buena.

Después, se trasladó, a Madrid e ingresó en la facultad de Fray Luis de León, centro que era dirigido exclusivamente por curas con unas normas muy estrictas. Él fue allí para estudiar oftalmología, aunque solo se quedó un año y medio, ya que fue expulsado del centro por incumplir una de las normas.

El motivo de su expulsión fue el siguiente; para ir a la habitación de un compañero, debía pedir permiso siempre, y esta reunión era supervisada por alguno de los educadores. Pues Eloy, en una ocasión, no pidió permiso, ya que, según él, era muy pesado estar todo el rato pidiendo permiso, fue descubierto por un educador y fue expulsado en el acto del centro para siempre, y además fue acusado de homosexual.

Para Eloy, fue una noticia grata, ya que estaba harto del tipo de educación que impartían, y los siguientes años de estudios fueron los mejores de su vida. Encontró profesores competentes, con los que se podía hablar y mantener una conversación, aunque, él me reconoció que le fueron más productivos los años que estuvo de prácticas en la empresa de su padre, que en la facultad, ya que era mucha teoría y poca práctica.

Para terminar la entrevista, me contó como había sido parte de su vida  fuera de la escuela, y la verdad es que es un hombre con mucho mundo vivido, e incluso debo narrar, que ha conocido a nuestro Rey de España, Eloy, le regaló unas gafas muy ingeniosas y este le redactó una carta en agradecimiento, la cual, mi entrevistado guarda con mucho cariño.

Para concluir, decir que esta entrevista me ha servido, para darme cuenta de como cambian los tiempos, y el largo recorrido que ha realizado la educación, y como el profesorado se ha ido adaptando y moldeando a los cambios de la sociedad, y como debemos seguir cambiando y adaptándonos, ya que nuestra sociedad cambia por momentos y debemos de estar siempre en un constante reciclado.











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