martes, 20 de marzo de 2012


VIDA ESCOLAR EN DICTADURAFRANQUISTA
Soy Francisco Rivero Castillo, nací en alora, un pueblo de la provincia de Málaga un 22 de Noviembre 1951, aunque oficialmente es el 26 por  motivos que mis padres vivían en el campo y no pudieron ir en el mismo día a registrarme.
             La casa donde vivía estaba al principio de la calle junto a la plaza baja, que actualmente se llama plaza baja de la despedia. El entorno familiar era muy bueno, que yo recuerde al principio éramos 3 hermanos,  y al poco tiempo nació otro varón. Un tiempo después nacerían mis dos hermanas pequeñas.
Foto en el colegio “Hogar Virgen de la Esperanza” en Torremolinos. Francisco (segundo por la izq.) acompañado de su hermano Juani (situado a su dcha.) y dos amigos de clase.


                     
   A los seis años empecé a ir al colegio “grupo escolar “de alora. Era un colegio de pueblo, donde los maestros hacían lo que podían con la dictadura que estábamos sufriendo. Había mucho miedo político y no había ninguna libertad. Porque no se podía hablar de nada que no estuviera conforme con la dictadura.  
            El colegio estaba lejos a unos dos o tres kilómetros de mi casa, iba andando y algunas veces en el burro llamado “Amaro”. Era un colegio grande y en la clase éramos 50 o 60 niño. Teníamos un profesor que nos enseñaba de todo, aunque este profesor no era muy bueno. Era tan malo que hasta los niños les decíamos a las niñas:
- Niña, enseñas menos que Don Gonzalo.
            No había asignaturas, sino que había una enciclopedia donde explicaba de todo: Lengua, aritmética, historia, geografía, física y química. Mi asignatura favorita era geografía física.
           El profesor nos enseñaba a base de palos, con una regla de madera nos pegaban en los dedos. Y con la mano abierta. Iba al colegio por la mañana y por la tarde. De nueve a una y de tres a seis. Y cuando llegaba el 21 de marzo solo había clases por la mañana. Y ese día íbamos al rio a bañarnos porque empezaba la primavera.
            Había que cantar todos los días “el cara al sol” obligatoriamente. Te gustara o no te gustara. Y había que ir a misa todos los días porque si no ibas estaba mal visto y se decía que eras rojo, malo y que tenías cuerno y rabo.

            A los 9 años mis padres me metieron en un colegio interno de Torremolinos junto con mi hermano pequeño llamado Juani.  El nombre del colegio era “Hogar virgen de la esperanza” de ideología falangista. Allí estuve hasta los 11 años. En ese tiempo me operaron de las anginas en el hospital civil de Málaga. Me tuvieron 15 días sin poder ingerir alimentos sólidos, solamente líquidos y huevos crudos que a mí me gustaban mucho. Una monja enfermera llamada Sor Mercedes con 85 años me cuido mucho y era muy buena persona.
            Yo tocaba en la banda de música que se formó en el colegio, fui el primero en llevar la corneta, el cabo corneta y salíamos el día del corpus Cristi.
            A los 11 años me fui a otro colegio residencia que estaba en el palo, barriada de Málaga. “Onésimo redondo” su mismo nombre indica la ideología falangista. Allí di con la primera persona civil preocupada por enseñar y sacar lo mejor de cada niño.
            Era la señorita Leonor, fue la que me dio los primeros valores humanos e intentó inculcarme dignidad y que estudiara para poder hacerme un hombre de provecho como se decía en aquel entonces. Gracias a ella conseguí una beca en el año 1964, de 3.600 pesetas y salió publicado en el periódico sur de Málaga, yo Francisco Rivero Castillo.
            Comencé mis estudios en el colegio de Jesuita I.C.T.E, Instituto católico de estudios Técnico, que está situado en la playa del palo, junto a un famoso restaurante llamada “Casa Pedro”. Actualmente siguen existiendo ambos lugares.
            Allí estudié dos años, primero y segundo de iniciación con dos buenos amigos. Un cura que ha sido el único cura que me he encontrado en mi vida como buena persona, el padre Arcelus que era mi padre espiritual. Fue el cura que bautizó al portero nacional de la selección española Jose Ángel Iriba. Y Don Jesús que me daba clases de física y química.
            Después de esos dos años pasé a otra residencia que se llamaba “Residencia Alcalá Galiano”, cuyo nombre describía que seguíamos con el fascismo puro. Y los estudios los continúe en un colegio en calle Pozos Dulces que existe hoy en día, cuyo colegio se denominaba “la escuela del padre Mondeja” cuyo hermano el marqués de Mondeja, era amigo personal del dictador Francisco Franco. Actualmente sigue funcionando ese colegio en la barriada de Carranque con el nombre de San José Obrero.         Aquí realicé dos cursos, primero y segundo de instalador-electricista-montador. Recuerdo a un profesor que se llamaba Don Manuel, que era de Casarabonela que le decíamos de mote “el sopa” porque decía con frecuencia:
-¡Esta noche vamos a comer Zopa!
            A otro profesor le decíamos “el del puro”, Don Bernardo y era profesor de carpintería. Y al jefe de estudios que era muy recto y muy hijo de p… le decíamos “el talega” porque tenía una joroba lo mismo que una talega.
Al terminar los estudios estuve trabajando un año y meses… en hostelería de aprendiz de cocinero. Después hice oposiciones para trabajar en la empresa telefónica y como es lógico las aprobé. Y me fui destinado a Madrid capital de España.  Allí tuve la suerte de conocer a mi actual esposa, que fue lo mejor que me ha pasado en la vida.
 Puedo decir que mi experiencia escolar fue buena, y gracias a ella me pude defender en la vida. Si no hubiera estudiado, no hubiera podido trabajar en el futuro y no hubiera podido vivir bien como vivo ahora.
                                                      
Hecho por: María del Carmen Rivero Jiménez

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