domingo, 11 de marzo de 2012

La educación en el tiempo




NARRACIÓN DEL HECHO HISTÓRICO

Yo y mi abuelo



Antonio M.H, mi abuelo, nació del 1 de diciembre de 1938, en Valencia, pero con seis meses se trasladaron a Málaga, su padre era militar y su madre ama de casa. Tiene cinco hermanos por parte de madre y dos por parte de padre estos dos últimos están en Rusia.


Se vio envuelto en un contexto duro y difícil en la dictadura de Franco, como curiosidad me cuenta que en los trabajos se iba a misa y el que no iba era expulsado del trabajo y que lo que hoy en día se les lama periodistas entonces eran “chivatos”.


Vivió en Bobadilla (Antequera), iba a la escuela cuando podía era una escuela pública y siempre lo hacía andando no utilizo ningún medio de transporte y se encontraba más o menos a unos tres kilómetros, no recuerda el nombre de la escuela, pero si recuerda como era el aula, sólo había chicos resalta “por supuesto” estaba prohibido estar las chicas y los chicos juntos.

Escribían con pluma y en la mesa había un tintero, tampoco había bolígrafos solo lápices a los que sacaba punta con una navaja.


Sus asignaturas eran básicamente sumar, restar, multiplicar y dividir (Las cuatro reglas), el abecedario y mucha importancia a la religión recuerda que iban a misa.

Habla de las cartillas que trabajaban, por que comenta que cargando cubos de pescado se puedo comprar su primera cartilla.


Como ya e dicho iba a la escuela cuando podía por que la mayor parte del tiempo tenía que trabajar para comer, cuenta que en ocasiones le daba clases en su casa un maestro rural, dice que los maestros rurales de Antequera eran los perdidos en la guerra, que eran de izquierda y tenían titulación pero no podían ejercer por que no les dejaban. Les pagaba dos pesetas al mes y les daba de comer.


Refrán: “Pasa más hambre que un maestro de escuela”


Recuerda a su profesor de la escuela con mucho cariño “Don José”, lo describe como una persona humilde y afectuosa algo que se apreciaba mucho en aquel entonces puesto que la visión de un maestro era como la de un “militar” era el que mandaba y si te portabas mal y se lo decían a tus padres encima ellos te pegaban.


Cuando le pregunto por la diferencias entre ayer y hoy que puede apreciar me dice sin titubear la “libertad”, dice que entonces no tenían prácticamente ninguna de las libertades que tenemos ahora y la poca libertad que tenían era controlada.


El tema de los castigos lo recuerda muy bien y dice que eso nosotros ahora lo veríamos como una tortura. Algunos de los que me comenta era ponerse de rodillas en el suela con los brazos en cruz sosteniendo libros, también les castigaban sosteniendo una moneda con la nariz contra la pared para no separarse de ella, los golpes con la regla sobre las manos, pero lo curioso era que nunca le tocaban la cabeza ni la cara. Y todo esto sólo podía ser por ser un niño inquieto.


El tema de la igualdad tiene claro que no existía ningún tipo de igualdad, mucha diferencia entre pobres y ricos ya que los mejores maestros eran para la gente que se los podía costear.


Anécdota: Cuando se fue de la escuela para trabajar, una de las veces fue a escondidas y cuando el maestro contó los alumnos observó que sobraba uno. Levantó la mano y cuando el maestro revisó el trabajo de sus cartillas le dijo que era una lastima que no fuera a la escuela y él le respondió que su madre no quería. Ese mismo día fue a decírselo a su madre y su reacción fue pegarle una paliza y que se olvidara de estudiar por que tenía que trabajar para comer.


OPINIÓN PERSONAL

En mi opinión considero que como ya todos sabemos las diferencia entre la escuela de ayer y hoy son obviamente notables pero aún así, es la que nos ha dado paso a nosotros y que por muy diferente que la veamos y personalmente a mí me han impactado muchas cosas como los castigos, hay que reflexionar y pensar que no estamos hablando de 2012 estamos hablando de un contexto sociocultural muy distinto en el que la dictadura de Franco dominó la forma de vivir de las personas y en el que prevalecían las creencias religiosas.

Me parece admirable con el cariño y la emoción que cuenta lo que puede recordar de este tiempo a pesar de reconocer que tubo una infancia realmente dura. Creo que los valores y los principios y sobre todo la madurez que se veían obligados a alcanzar los niños a una edad tan temprana en aquel entonces no tiene nada que ver con lo que vemos ahora. Me ha parecido una experiencia bastante enriquecedora y muy bonita por que sólo con ver la felicidad de su rostro por recordar otros tiempos merece la pena.

Tudela Montenegro, María. 1º Pedagogía.






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