miércoles, 14 de marzo de 2012

La ensañanza rural en la década de los 40. Hugo Fernández Garrido

La ensañanza rural en la década de los 40
               

                  Su nombre es Carmen García Aranda. He decidido hacer este trabajo sobre la abuela de mi pareja. Nació en el año 1937, por lo que su contexto educativo es bastante complicado. Fue una época en la que la escolarización en España era bajísima, y aún más en las mujeres, las cuales solían ser instruidas en labores domésticas.

               

Comenzó sus estudios a los 15 años, pero su madre ya le enseñaba algunas cosas con 9 años. No asistía a un colegio ya que vivía en el campo, en el pueblo llamado Valle de Abdalajís. Por esa zona se daba mucho el hecho de que algunos maestros que no tenían un trabajo fijo o gente que simplemente sabía leer y escribir iban de pueblo en pueblo durante varios meses buscando hospedaje a cambio de enseñar a las familias algunas cosas. Por lo tanto con 15 años uno de estos maestros errantes se asentó en su casa durante algún tiempo y le enseñó a leer y escribir junto con sus hermanos y hermanas, con una diferencia de edad de unos 4 ó 5 años. Su asignatura favorita era Lengua, y leer es algo que aún a día de hoy le gusta hacer.



Entre los padres y los profesores había una relación cálida, ya que enseñaban a sus hijos y permanecían en algunas casas quizás durante algunos meses, creándose una especie de vínculos. Ella era la que más entusiasmo ponía a la hora de aprender, ya que sus hermanos no mostraban apenas interés y les movía más la vida del campo.

               

Entre los materiales que se usaban se encontraban los imprescindibles libros, lápices, pluma y tinta. El método de enseñanza de ese maestro en particular era la repetición. Era un método un poco arcaico pero que dio sus frutos. El tiempo de las clases era de dos o tres horas al día. Durante esas clases leían libros que se encontraban en la casa y enseñaba operaciones matemáticas básicas, como sumas, restas y multiplicaciones. Esto no le sirvió para su futuro profesional, ya que siempre se ha dedicado a la agricultura, pero sí que ha servido para el día a día. Sin saber leer ni escribir una persona es muy vulnerable en el mundo de hoy.



El período de estas clases fue breve, de unos 3 meses. El resto de la formación fue complementada por su madre y por cuenta propia. En lo que más ahondó fue en la lectura. En los pueblos por esa época y más siendo zonas de Andalucía la educación en las escuelas estaba sólo al alcance de unos pocos, y las mujeres no solían tener ese privilegio ya que su educación siempre se basaba en tareas del hogar. El país ha avanzado bastante en cuanto a tasa de escolarización y hay una gran igualdad entre hombres y mujeres. La época de la Guerra Civil supuso un parón en la atención a la educación, y más en Andalucía, que ha tenido siempre una gran tradición agrícola.

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