jueves, 15 de marzo de 2012

historias de la vida


Narración de hecho histórico 

He de resaltar que la realización de la encuesta, ha sido un experiencia agradable ya que ha sido realizada en una residencia de ancianos de aquí de Málaga y creo que tanto ellos como yo al finalizar la encuesta nos quedamos con una sensación muy gratificante.
También destacar que la señora a la que le realice la encuesta no tiene ningún vínculo familiar conmigo y a pesar de ello se mostró muy cordial, respondiendo a la mayoría de las preguntas realizadas.
El nombre de la encuestada es Adela Benítez Sánchez natural de Granada capital y nació el 20 de febrero de 1938. Su padre era Policía Nacional y su madre se dedicaba a llevar la tienda que tenía en su propia casa de ultramarinos a la que también se dedicaban más familiares. Comenzó en la escuela a la edad de 7 años hasta los 10 años en un colegio privado exclusivamente para niñas, al cual iba andando porque se encontraba relativamente cercano a su vivienda. Las características principales de su colegio era un colegio grande y frío en el cuál era imposible tener contacto con niños y si intentabas tenerlo y te “pillaban” eras severamente castigada. Y en clase normalmente las niñas eran de la misma edad, salvo algunas excepciones y serian unas 20 niñas por clase . Tenía un maestro, el cual solo al recordarlo sin dudarlo lo califica de duro y estricto y que todos sus castigados eran físicos “los conocidos provocados con regla y cinturones” y que siempre ponía las notas a la baja para que así te aplicaras en clase. Una cosa que me llamó la atención un poco es que le impartían prácticamente las mismas asignaturas que a nosotros: matemáticas, geografía, religión, música, francés y lengua y su asignatura favorita era matemáticas. Los materiales que utilizaba eran los básicos lápiz y gomas “Milán” cuando me lo dijo hecho a reír y me dijo que todavía seguíamos usándolas. El horario era muy estricto de 10:00 a 13:00 y de 15:00 a 17:00 y en ese descanso la mayoría de los días almorzaba en el comedor del colegio, y una cosa que me impactó aunque cuando pensé en la época que estaba y lo vi desde su perspectiva no me sorprendió es que los niños y niños de esa época no iban a la escuela con la intención de aprender y mejorar, es decir, no había un ímpetu por estudiar, debido a que me explicó que cuando regresaba de la escuela se tenía que dedicar ayudar al negocio familiar de ultramarinos y el resto de niños también tendrían que ayudar a sus padres y más en los tiempos tan duros en los que estaban. La educación en aquella estaba ligada a religión y política claramente para así inculcarlas a las generaciones más jóvenes los valores del régimen, pero Adela me dijo que particularmente en su colegio solo impartían la religión católica pero no se la imponían en su colegio porque la llevaba impuesta desde su nacimiento. La disciplina tenía un papel fundamental basada en que los niños tuvieran un comportamiento ejemplar y los castigos estaban al orden del día, la mayoría físicos y Adela me comentó que alguna que otra vez sufrió alguno por no saberse el temario de la asignatura o porque  hablaba en clase. En la escuela estuvo desde los 7 años hasta los 15 años, pero algo que para esa época me pareció algo muy curioso es que a partir de los 11 años sus padres contrataron un profesor particular en su casa que impartía las clases a ella y a sus hermanos. Sus estudios específicamente para realizar su trabajo no le sirvieron en demasía pero sí que para comprender algo mejor la situación en la que se encontraba y para tener más cultura. Trabajó en una compañía de seguros 5 años, después de vendedora de cosmética 10 años y acabó siendo agente libre de seguridad hasta 1992, y trabajar le costó un gran esfuerzo porque su marido se lo impedía hasta que logró convencerlo. Las relación del profesor con sus padres en el colegio de chicas era nula, pero luego con el profesor particular si que había algo más de relación. Para finalizar, Adela lo que más destaca de su experiencia escolar es que a pesar de los tiempos que corrían las niñas de su escuela y los niños y niñas de su barrio se lo pasaban en grande correteando por sus calles, divirtiéndose con cualquier cosa y destaca la gran diferencia del nivel de vida de su época y la actual, pero no está de acuerdo de las muchas facilidades que se le dan a los niños de hoy en día y solo lo que conseguimos es que no valoren verdaderamente lo que tienen. La anécdota que me contó Adela es que quedaban con los chicos, que por cierto si no iban les pegaban, hacían rabona y fumaban a escondidas o se dedicaban a robar frutas. Aquí dejo una foto con Adela en su residencia de ancianos, me pareció una persona muy agradable y cordial. 

Nombre: José Manuel Mora Romero
Asignatura: Historia de la Educación
Práctica: Narración de hecho histórico Etapa Educativa

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