jueves, 15 de marzo de 2012

Historia de vida


Chari nació en 1946 durante los años de el hambre, a esta época se le llamo así porque durante los años que los hombres estuvieron en el frente los campos no se labraron, por tanto no había suficiente comida para todos, de ahí que se impusiesen las cartillas de razonamientos. A pesar de nacer en estos años Chari no paso hambre pues su padre trabaja en RENFE y allí tenían un sueldo, aunque era muy bajo, además los trabajadores de RENFE poseían un  carnet a través del cual podían conseguir comida más barato en unos almacenes llamados economato.



         Chari comenzó la escuela con 6 años y la dejo a los 12, esos seis años de estudio los realizo en el colegio privado de San Luis y San Idelfonso en Montilla. Este colegio era de clarisas formado por maestras que eran monjas y seglares.



Ella asistía cada día a clase de 9 de la mañana a 1 de la tarde, después volvían de 3 a 5 de la tarde. Los sábados iban de 9 a 12 y media aproximadamente.  Para ir a la escuela iba andando ya que se encontraba la escuela de su casa a unos 500 metros, aunque cuando se mudo de barrio tenía que coger el autobús que costaba 1 peseta.



Su día norma transcurría de esta forma: se levantaba aproximadamente 1 hora antes, desayunaba, dejaba al cama echa, se aseaba y se iba al colegio; después del colegio almorzaba y salía a jugar a la calle; volvía al colegio, cada tarde tenía dibujo o pintura, mientras la realizaban rezaban el rosario; al acabar volvía a su casa merendaba y volvía a salir a la calle a jugar hasta la hora de cenar.



         Recuerda que el colegio era un antiguo edificio que linda con un convento de clarisas, tenía un patio central y clases alrededor de un pasillo tanto arriba como abajo. Estas clases no eran muy grandes: tenían una pizarra, pupitres, un mapamundi y una estantería, y en algunas clases había perchas para dejar caer la ropa.

         Las clases estaban formadas por unos 20 alumnos aproximadamente, recuerda que no había libros de información, y que los diccionarios que usaban eran propios, como la enciclopedia Álvarez. Todos los alumnos no tenían la misma edad, podía haber diferencia de edad de unos 5 años, ya que los padres apuntaban a sus hijos a la escuela cuando podían.



         Dentro de la escuela los maestras se veían con miedo porque la disciplina era muy severa, muy férrea donde se obedecía a pie juntillas dice. Había un maestro por clase menso en dibujo y costura que la daba otra monja o seglar distinto. Estas dos últimas materias eran obligatorias e impartidas por al tarde mientras rezaban el rosario.

Las otras asignaturas que daban por la mañana eran: ortografía, geografía, religión, dibujo, gimnasia. De todas ellas su favorita era dibujo.



         Al preguntarle si le gustaba la escuela respondió que la escuela y aprender si porque todos los niños tenían entusiasmo por saber leer y escribir, para no ser analfabetos como sus padres, pero destaca que no le gustaba el colegio en el que estuvo, por la disciplina impartida

Recuerda castigos como por el hecho de ser surda cada vez que la veían usar al mano izquierdo le daban con el puntero.

         En otra ocasión las monjas cambiaron el traro que había que darle y pasaron de ser llamadas madres a hermanas, los alumnos tenían que llevar una pr   evisión de alguna golda en el bolsillo porque como te equivocaras al llamarla te costaba una moneda.

También destaca el trato que tenía las monjas hacia las personas menos adineradas. Cuando las obligaban asistir a misa los domingos, y si no iban el lunes de caía una regañina. Y por último famoso cuartillo de las ratas donde enviaban a los que castigaban, recuerda que con el paso de años se entero de que era el cuarto de la limpieza.



Con respecto al trato de los profesores con los alumnos y con los padres era nulo. A los alumnos los trataban como subordinados y a los padres iguales, a no ser que fuese unos padres con una renta alta o con un nivel adquisitivo bastante bueno, en ese caso el trato era diferente.



Respecto al futuro los estudios le sirvieron para trabajar en una frutería, donde pudo llevar a la práctica el saber leer y escribir.


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