jueves, 25 de octubre de 2012

Narración de un hecho histórico

Nelli Baranzano es una señora de 85 años que nació en un pueblo muy pequeño cerca de Rocha, Uruguay. Es la octava hija de nueve hermanos.
Nació dos años antes de la crisis del '29 y su familia vivía de la ganadería, por tanto, esta se vio muy afectada, ya que el precio de la carne bajo, sin embargo, el ámbito escolar no se vio afectado por la caída de la bolsa.

Ella comenzó el colegio con 6 años, sin embargo, puso mucho énfasis, en que no era obligatorio.
Recuerda, que tenía que ir con bata blanca y moña azul y que antes de entrar a clase, tenían que hacer fila de menor a mayor altura. Su colegio, de campaña, era público y laico, al igual que la mayoría de colegios públicos del país.

Cuenta, que los colegios religiosos eran privados y los niños iban por una parte y las niñas por otro, lo recuerda bien, porque a su hermano pequeño, que era muy travieso, sus padres lo mandaron a ''Los Maristas''.
Al vivir en un pueblo, su colegio estaba muy cerca de casa, por tanto, ella se desplazaba, junto a sus hermanos, andando; riéndose, me contó, como una vez, por desobedecer a su hermana mayor, se cayó del puente y ese día no fue a clase, y su madre al llegara a casa la regañó y la puso de ''penitencia'' (la castigó).
Me comentó que hubo una época en la que no pudo ir al colegio porque Rocha estaba en época de inundaciones y como para poder ir tenían que pasar por el río, era imposible despazarse hasta allí.
Dijo que ella se alegró de no poder ir, pero que en su casa su familia lo pasó mal porque se ahogaba el ganado.

Al preguntarle sobre si recordaba como era su colegio, no supo muy bien que decirme, solo recordaba que era muy chiquito, que tenía un patio y que en el fondo, el marido de la maestra, cultivaba vegetales, que estaban separados del resto del patio por un alambrado enorme.
Comentó que su aula tenía dos especies de ventanales, que de un lado daban a la calle y del otro lado al patio.
Me dijo textualmente: ''pero las mesas no eran como las de ahora, eran bancos y nos sentábamos dos por cada mesa, delante de nosotros teníamos dos tinteros''
Le pregunté si la mesa del profesor estaba sobre alguna especie de tarima, y me contestó que no, que ''el pupitre'' de la maestra estaba al mismo nivel que el de los alumnos.

Ella recuerda con mucho cariño a su maestra, tenían muy buena relación aunque esta aveces impartiese castigos duros, como por ejemplo arrodillarse sobre garbanzos o poner los dedos juntos y que les diese con la regla, esto solo lo hacía cuando hablaban en clase o no prestaban la suficiente atención, me recalcó mucho, que lo de los garbanzos solo se lo hacía a los niños.
Cuando le pregunte si le habían impartido algún castigo a ella, me dijo muy orgullosa que muy pocos, que ella era una buena estudiante.

Me comentó que en su clase estaban los de primero, segundo y tercero, que eran los que iban por la mañana, y que cuarto, quinto y sexto iban por la tarde.
Por tanto, en su clase, que era mixta, habían niños de muchas edades diferentes.
Alumnos con túnica blanca y moña azul
Solo tenían un libro de texto y que mientras la maestra, que era la misma para los de la mañana y otra diferente para los de la tarde, les ponía ejercicios a los de primero, les iba dando otra tarea a los de segundo y otra diferente a los de tercero.

Me llamó mucho la atención que no recordaba el nombre del colegio, pero recordaba perfectamente el nombre y apellidos de su maestra ''María Techera de Verós'', me recalcó varias veces que su profesora de los tres primeros años era la ''directora'' del colegio, también me dijo que todas las maestras eran mujeres.

En su época, las alumnas que terminasen cuarto de la E.S.O., que allí se llama Liceo, ya podían ejercer de maestras, generalmente, eran personas cuyas familias conocían a algún político.

Las clases no eran numerosas ya que habían mas o menos 38 personas por ciclo; las materias que daban eran las básicas, matemáticas, lengua, historia del Uruguay y alguna más que ella no recuerda con claridad.
La que más le gustaba a ella era lengua, porque le gusta mucho leer, sin embargo, la que mas odio le tiene es a matemáticas, porque dice que nunca se le ha dado bien, me contó, riéndose, que cuando estaba en el liceo, su padre le daba corderos a el profesor, para que le aprobase la asignatura.

La figura de maestra era una figura de respeto, bastante exigente y a la que siempre, sin ninguna excepción, tenían que hacerle caso.

Cuando le pregunte que si iba con ganas al colegio, si tenía entusiasmo me dijo que si, y no lo dudo ni un solo segundo, me dijo que tenía muy buenos recuerdos de cuando iba al colegio, del recreo y de sus amigas, de quienes también recuerda exactamente sus nombres y apellidos; pero destacó que siempre había algún rebelde al que le gustaba menos que a los demás.

Es sorprendente saber que con poquitos materiales se puede dar clase de manera satisfactoria, ya que solo disponían de reglas de madera y plumas, que le pertenecían al colegio.
Daban una asignatura por día.

La verdad es que no recuerda muy bien que horario tenía, pero mas o menos era de 8:30 a 12:00 ya que allí a las doce se almuerza.
Su rutina era llegar y hacer fila y a las 10:30-11:00 tenían el recreo, no recordaba nada más.

En aquella época no solían hacer excursiones, solo recuerda una y la recuerda con mucho cariño; fueron a ''La curitiva'' que es un pueblo de la frontera de brasil, justo al lado de el pueblo ''18 de julio'', al que pertenecía Nelli; fueron junto a sus padres, los que podían, porque como vivían en un pueblo muy chico, los profesores y los padres tenían contacto y se conocían bien; por tanto, la relación entre padres y maestras era muy buena.

En Uruguay al ser un país laico, en los colegios públicos no hay influencia religiosa de ningún tipo, sin embargo hay mucha influencia política.

La educación obligatoria fue implantada por Jasé Pedro Varela, quien impuso, la ley de llevar túnica blanca, al igual que el que propuso que la educación fuese pública, laica y obligatoria, aunque esta ley se aprobó en el siglo XIX, no se llevó a cabo hasta muchos años después.
Nelli recuerda haber estudiado a esté gran intelectual uruguayo, quien terminó convirtiéndose en uno de los mayores intelectuales de la educación del país. Ella estuvo hasta los 11 años en la escuela y luego estuvo 2 años en el Liceo, pero no lo acabó.

La última pregunta que le hice fue que si le había servido sus estudios a la hora de trabajar profesionalmente, y con mucha pena me dijo que no, que ella no tenía profesión, que ella siempre se ha dedicado a ser ama de casa.

Realizado por: María Bethania Carvalho Da Silva.  1ºD

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