miércoles, 24 de octubre de 2012


                           ENTREVISTA A ELVIRA.

 
Hola queridos lectores, antes de hablaros sobre la experiencia escolar de mi entrevistada, quiero daros una información sobre Colegio San Juan de Dios -La Goleta en Málaga.
El centro se encuentra enclavado en el barrio del Molinillo de Málaga, en el Centro Histórico. En septiembre de 2008 se cumplieron 147 años de presencia y labor de las Hijas de la Caridad en el Centro. Alfonso XII visitó el centro en 1878. Tiene varias características que la hace única:
-Ella es presencia de Iglesia en el barrio del Molinillo.
-Es una institución popular y netamente malagueño. Es un referente para sus calles y lugar de encuentro para sus gentes.
-En tiempos de hambre y analfabetismo fue despensa y escuela.
-Su labor está enraizada en la pedagogía del esfuerzo, del saber, del trabajo bien hecho, con un sentido común y práctico de la vida, abriéndose a las innovaciones pedagógicas, al servicio de un humanismo integral.
-La Goleta es regazo, nido, donde lo humano se abraza con lo divino, evangelio abierto al mundo.

 
Mi entrevistada se llama Elvira y nació en 1930. Nació en el seno de una familia humilde. Ella recuerda muy bien que su padre era un señor muy inteligente y su madre era una mujer de los pies a la cabeza. Se crió en una barriada de Málaga llamada Capuchinos. Junto con sus 4 hermanos más se crió en una casa pequeña y compartía habitación con su hermana menor y sus otros tres hermanos dormían en otra habitación. Elvira, me revela que ella se crió en una familia de actores. Su padre y su madre actuaron en el teatro Cervantes y que su padre aparte de llevar a la familia adelante, se dedicó también al mundo del cine. Ella desde pequeña cantaba con su padre y su hermana. Ella no quiso contarme mucho por humildad pero al final se animó y me contó que ella hizo varias películas junto a su padre y otro hermano de ella. Le encantaba bailar y me enseñó varias fotos de ella bailando. Ella se considera una abuela “ye-ye”. Me comenta que su hermana y ella si siguieron los pasos de su padre y su madre en cuanto al mundo de la actuación. Nunca le gustó estudiar pero su padre les mandaba ir al colegio para que aprendieran cultura general y que en aquellos tiempos de hambre y analfabetismo no estaba de más que supieran algo. Me comenta que estudió corte y confección en un local en la Plaza la Constitución que le llevó varios años aunque nunca dejó de cantar con su padre, hermana y madre. Posteriormente, ella trabajó en la radio en varios programas.
Y finalizando, trabajó en Correos hasta que se jubilara con 55 años.
Ahora ella vive muy contenta en Las Delicias en Málaga.

Ella entró en el colegio con seis o siete años junto con su hermana. El colegio era privado. El colegio se llama Colegio San Juan de Dios -La Goleta. Ella iba caminando junto con su hermana, ella recuerda que tenían que cruzar el Molinillo, una plaza y una calle y ya estaba La Goleta.
La Goleta es un colegio grande, compuesto de muchas clases y un gran patio para los alumnos. Comenta que los pasillos eran oscuros y demasiado largo, y menos mal que iba con su hermana porque a ella le daba algo de miedo. Su clase era amplia, y había unos 30 pupitres de madera y las bancas eran muy incomodas. Una gran pizarra. Y algo que he querido destacar para el final, una gran cruz que había en la clase. 

 
Recuerda que en su clase no había mucha diferencia de edad, algunos casos de alguna compañera era de ser un año o dos más grande. Pero en aquel tiempo era el grado que te correspondiera, dice que había varios grados y había varias clases con diferentes grados. También me comenta que ella al igual que sus compañeras de clase, llevaban uniforme y una capa azul marino que le cubría toda la espalda hasta las rodillas. Su clase era únicamente de niñas, y que los niños se encontraban en otra parte del colegio. En su clase había alrededor de unas 30 niñas. Destaca el compañerismos que hubo en aquellos años en su clase, ninguna niña hablaba más de la cuenta. Ella recuerda el caso que un día alguna niña tiró la cruz sin querer y cuando vino la madre superiora todas se callaron. La madre superiora las castigó a todas y nunca se enteró quien fue la causante de aquella travesura.
Elvira recuerda que tenía dos profesoras; una de ella era una monja que siempre le daba todo el temario y después estaba otra profesora pero ella no formaba parte del profesorado religioso. Recuerda que su profesora no religiosa siempre las ayudaba a ir al servicio cuando tenían una urgencia de más, que nunca les habló mal y que apenas quería castigarlas, y que muchas veces ella las encubrió.
Ella quería mucho a las dos; tanto a la monja como a la que no la era. Le transmitía amor con tan solo mirarlas.
A mi mis maestras me simpatizaban mucho y me alegraban mi día aunque tuviera algún tipo de dolor o problema en casa”
Tiene un buen recuerdo de esas maestras.

Ella lo que tenía era una enciclopedia escolar en la cual tenía geografía general, lengua, historia de España, lengua extranjera como inglés y le pregunté si había dado algo de ciencias naturales y me dijo que nunca lo dio. Como no tenía una asignatura que se llamaba historia sagrada y tenía un libro únicamente para esa asignatura. Su asignatura favorita era historia de España y las matemáticas porque le gustaba estudiar poco pero ella era más de cuentas y problemas aunque siempre le costó hacer raíces cuadradas. También me comenta que tenía cuadernillos de caligrafía ya que las monjas les pedía una escritura perfecta.
Los cuadernillos era lo que más me agobiaba porque si no sabías escribir muy bien, tenías que repetirlas hasta que la letra hubiera sido la perfecta como en el cuadernillo. Las maestras deseaban por encima de todo que escribieras muy bien. Una buena escritura abría muchas puertas, les decían las monjas”.


A ella nunca le gustó estudiar, pero su padre le machacaba mucho con el tema de estudiar, no la obligaba a estudiar, pero su padre deseaba que sus hijos tuvieran una cultura general para el día de mañana.
Él único que en mi familia estudió fue mi hermano Miguel y mi hermana Trinidad que estudió para ser enfermera, que se hizo abogado con el sudor de la frente de mi padre y de él mismo que trabajaba y estudiaba a la vez”.
Ella llevaba una libreta de rayas, varios lapices, un tintero con su pluma, cuadernillos de caligrafía, varias gomas, el libro de historia sagrada, la enciclopedia escolar según el grado que estuviera.
Según la maestra, la monja le daba la mayoría del temario y después la profesora no monja les ponía a resolver problemas, cuentas, a escribir, les leía y ellas los escribían en sus libretas.
La enciclopedia escolar pesaba mucho  pero prefería un único libro a llevar 4 o 5 libros”.
La monja era muy dura a la hora de los exámenes pero era según lo preparada que acudieras al examen, pero ambas mandaban a las niñas a bordar, a hacer calaos, recuerda que la madre superior llamada Sol María, de vez en cuando visitaba cada una de las clases para ver como sus alumnas bordaban o leían.
No quiero ni hablar ni de los exámenes, para mí siempre eran difíciles pero con la ayuda de mi padre aprobaba”.
Ah, ni hablar si no sabías cocer ni nada... Los calaos los tenías que hacer con los ojos cerrados”.
Elvira cree que entraban a las 9 de la mañana y salían a las 2 de la tarde, y después entraba a las 4 y bordaban o terminaban algunas actividades con las maestras hasta las 6 de la tarde.
Ella comienza diciendo que antes de sentarte tenía que decir: “Ave María purísima” y la monja respondía en forma de saludo: “sin pecado concebida”, si no saludabas de esa manera, la monja te castigaba. Después de ese saludo, la monja les mandaba hacer cuentas de la pizarra y a resolver problemas. La otra maestra que no era monja les mandaba escribir lo que ella leía. Para descansar un poco de las clases, la maestra no monja jugaba con ellas al ahorcado, y después la monja les mandaba deberes de la enciclopedia escolar.

No había comedor, pero si había actividades extraescolares como: cocer, teatro, cantar para el coro de la Iglesia.
Ella no recuerda que ni una de las monjas, ni maestras les hablara de política, pero si estaba muy presente la imagen de Dios, de ahí la asignatura de historia Sagrada.

Si era dura la disciplina, no se podía llegar tarde porque eso era un vergüenza, que la maestra monja y la maestra no monja te miraban hasta mal al igual que tus compañeras. Los castigos eran duros; uno de ellos era ponerte dos libros de tamaño ancho y de gran peso en cada mano de cara a todas tus compañeras de clase, otro era estar de cara a la pared de pie durante una hora sin poder moverte. No podían salir al baño en hora de clase, y si te orinabas te aguantabas o te lo hacía encima. Y la monjas solían pegar pellizcos en los brazos y manos.
Ella estuvo hasta los 14 años.
Estuve hasta las 14 años, pero me sacaron de ese colegio porque mi madre se puso enferma y teníamos que cuidar de ella, así que mi hermana y yo a los 15 años o 16, no recuerdo muy bien, entré en el local para hacer corte y confección junto con mi hermana”
Ella no estudió ninguna carrera universitaria ni nada, pero su padre quería que tuviera una cultura general. Antes los padres no querían que estudiaras más allá y ella se dedicara a su casa con su madre.
No había mucha relación maestras y padres, pero en alguna ocasión la madre de Elvira fue al colegio para hablar con la maestra no monja para preguntarle algunos temas.
No se podía expresar, prefería que la regañaran a excusarse. Había compañerismo, este hecho hacía que si una hizo algo, las demás se callaban y pagan todas por pecadoras. 
"A mí una vez, por no saberme la tabla del 3 me puse de cara a la pared y de pie durante toda la hora de matematicas y después la monja me preguntó de nuevo la tabla, y la enseñanza que sacaba de ese castigo era: aprender o aprender, sino me quedaría más tiempo de cara a la pared y de pie".
Si había alguna duda, le preguntaba a sus dos maestras y ambas les respondía sin ningún problema.
La maestra no monja estaba muy apegadas a ellas.
Elvira destaca el buen compañerismo que siempre tuvo con sus compañeras. Una vez se portó mal, y la metieron junto con su hermana en una habitación oscura llena de castañas y algunos dulces más, y entre su hermana y ella se zampaban más de una, y me cuenta entre risas que más de una vez hizo travesuras para que la encerraran allí.

SANDRA CÁCERES ROSAS. 1-D. Educación Primaria.
 

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