jueves, 25 de octubre de 2012

LA HISTORIA DE ALICIA


LA HISTORIA DE ALICIA
Alicia me recibe en su salón acompañada de su nieto de dos meses, el pequeño Dani.
Nacida en el año 1936, esta simpática señora me cuenta que comenzó la escuela a los siete años,
aunque anteriormente había estado en “parbulito” desde los cuatro, en un colegio alemán , ya que
sus padres eran de origen germano. La escuela a la que iba era privada y se llamaba la Sagrada
Familia de Santander, estaba al lado de un convento de “carmelitas” y era un chalet bastante
grande. Al preguntarle por la situación del colegio con respecto a su casa se echa las manos a la
cabeza, al parecer tenían que coger un tranvía y estar horas en el trayecto. Posteriormente este
colegio lo cerraron y se cambió a un colegio de teresianas, que era mucho mas moderno (en la calle
Menéndez Pelayo de Santander).

                                  

Los compañeros de clase eran todos más o menos de la misma edad, realmente compañeras porque
únicamente había chicas. El número de alumnos era entre doce y dieciocho, y conforme avanzaban
los cursos cada vez eran menos. Recuerda que en 4º de bachiller eran solo seis en la clase.

                                

En cuanto al profesorado recuerda que tenía uno por cada asignatura y había tanto maestros como
maestras. En su segundo colegio la mayoría de los profesores eran monjas teresianas aunque
también había varones. El maestro era una persona respetada por todos, me cuenta que jamás se le
habría ocurrido dar una opinión personal ante él y menos aún protestar por una nota que creyera
injusta. En cuanto al método de enseñanza no me cuenta nada en particular, ya que dice que cada
profesor explicaba de una forma y que no sabría darle una definición general a este término.
La disciplina que más le impactaba era que al llegar el profesor a clase cada mañana todos los
alumnos se ponían en pie y la clase se envolvía por un silencio absoluto. A continuación, se iban a
la capilla del colegio a rezar, por lo que la religión estaba presente en todo momento. En lo que a
los castigos se refiere, no hace especial hincapié ya que no recuerda ninguno que haya recibido ni
presenciado durante sus años en la escuela.

                                   

Las asignaturas las recuerda parecidas a las de ahora... lengua, matemáticas, filosofía, solamente
nota una diferencia, que es, la importancia de los idiomas en la escuela. Su favorita fue filosofía
porque le encantaba la forma de explicar de su profesor. El material escolar, pese a pertenecer a una
familia adinerada, era un lápiz, una goma y un cuaderno. El horario era desde las nueve de la
mañana hasta las seis de la tarde, aunque las chicas que no eran internas en el colegio, como ella,
tenían que ir a comer a sus casas y luego volver por la tarde a las clases de apoyo.
Me comentaba que su mayor motivación era sacar buenas notas, que entre todas sus amigas hacían
competiciones de notas, y quien sacase las mejores de todas, era invitada por las demás amigas a
merendar un dulce en el fin de semana.

                                 

Finalmente, para terminar mi entrevista, Alicia me contó que estudió hasta los diecisiete años en las
teresianas y al año siguiente se fue a estudiar traducción e interpretación de alemán a la universidad
de Madrid, donde terminó su etapa de estudiante pero este no fue su último contacto con la
educación ya que entonces realizó las oposiciones para profesora de la escuela de idiomas, las
cuales aprobó y pudo trabajar como docente durante su vida profesional, además de formar una
familia de siete hijos con la que está repleta de felicidad.

                                     




BEATRIZ ÁLVAREZ DE TOLEDO MARTÍNEZ
1ºD EDUCACIÓN PRIMARIA


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