sábado, 20 de octubre de 2012

“La escuela en el mundo rural a comienzos del franquismo”



“La escuela en el mundo rural a comienzos del franquismo”



El protagonista de mi entrevista es Salvador Rosado Nieblas. Salvador nació el 17 de febrero de 1929 en Cuevas del Becerro (Málaga), él como la mayoría de las personas del pueblo, creció en el seno de una familia humilde dedicada principalmente a labores agrícolas. Sus primeros años de vida transcurrieron en una etapa de gran agitación política, coincidiendo con la dictadura de Primo de Rivera y el inicio de la segunda República española.

La vida escolar del entrevistado comenzó a los ocho años, fecha en la que el poder franquista ya estaba instaurado en la localidad. Su instrucción escolar se desarrolló en unas dependencias situadas en el interior de la casa consistorial, en las cuales solo impartía clases un maestro “Don Lorenzo”, encargado de enseñar a más de cuarenta alumnos varones de diferentes edades. Por aquel entonces, las niñas quedaban relegadas al cumplimiento de las tareas domésticas. Respecto a la figura del maestro, Salvador destaca la dureza del mismo, y como éste se centraba principalmente en los alumnos pertenecientes a  familias adineradas, esto provocaba que niños como él, de clase humilde y trabajadora, aprendiesen menos que sus “privilegiados” compañeros. Una de las cosas que más llamaba la atención a Salvador, era el hincapié que hacía el maestro en inculcar entre sus pequeños alumnos una profunda religiosidad y sentimiento patriótico, de hecho, como el mismo recuerda su clase estaba presidida por un crucifijo y una foto del general Franco, ambos situados encima de la pizarra en un lugar privilegiado y visible desde todo el aula.  El horario del colegio para niños de tan temprana edad era duro, mas teniendo en cuenta  que  tras la jornada de tarde muchos de ellos tenían que acudir corriendo al campo para ayudar a sus padres. En la entrevista, comentando sobre la educación actual con Salvador,  él se sorprende de la estrecha relación de maestros y alumnos, cosa impensable en su época. Desgraciadamente, la educación escolar recibida por Salvador duró menos de un año con lo que ésta no le sirvió de nada para su futuro profesional.

A lo largo de la entrevista  me contó varias anécdotas de las que destaco dos: La primera de ellas era la facilidad con la que “Don Lorenzo” sacaba la regla a pasear y golpeaba la mano de sus alumnos. “La letra con sangre entra”, este lema era uno de los máximos exponentes de la docencia en la época franquista; la innovación docente durante la II República se vió truncada con el levantamiento fascista, el cual consideraba más la educación como una forma de adoctrinamiento social que como una instrucción pública de ciudadanos. 
La segunda, de una gran carga emotiva para él, cuenta cómo un grupo de republicanos, los cuales habían luchado en defensa del Frente Popular, trataron de burlar la censura franquista con el objetivo de enseñar a niños, cuyos padres no comulgaban con los ideales fascistas de la época, en los valores de la República. Si bien, podemos decir que esto fue un hecho aislado, ya que la fuerte represión franquista hacia aquellas personas de ideales republicanos, junto con las purgas de maestros del anterior régimen, lograron imponer una educación de corte fascista.
Esta entrevista refleja como la educación de los niños del mundo rural contaba con un importante lastre como era el trabajo en el campo. La mano de obra de los niños era imprescindible para el mantenimiento económico de la familia. Así mismo, vemos como la educación era cosa de hombres, ya que la mujer recibía una formación en tareas domésticas, la cual era transmitida de madres a hijas. Por último, decir que con la llegada de la dictadura franquista se frenó el desarrollo educativo de España, afectando especialmente a las clases bajas, las cuales apenas tuvieron la oportunidad de adquirir una formación educativa mínima.



Juan Carlos Becerra Martín     
1º Educación Primaria


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