jueves, 3 de noviembre de 2011

NARRACIÓN HECHO HISTÓRICO

PRÁCTICA NÚMERO 2(ENTREVISTA):

*Datos del entrevistado:
-Fecha de nacimiento: 15/07/1938
-Nacionalidad: Española
-Ciudad: Córdoba

*Desarrollo de la entrevista:
La entrevistada, de nombre Josefina, nació en el 1938. Respondiéndome sobre si asistió a la escuela, me ha dicho que no, pero que aún así, en su vida no ha dejado de aprender.
Ella es la hija mayor de su familia, tiene dos hermanos más (un niño y otra niña) y, por eso, es la que ha tenido que ayudar en la mayoría de las tareas que pudieran surgir, porque la diferencia de edad con sus hermanos es bastante.
Teniendo en cuenta que la situación por la que estaba pasando España en ese momento era pésima y que la situación económica de la que gozaba su familia era muy mala, no pudo ir a la escuela.
Sus días los dedicaba a ayudar a su madre en la casa con los niños hasta que cumplió ocho años, teniendo que ayudar a su padre en el campo. Contaban con una huerta donde la mayoría de su plantación era de horatalizas y árboles frutales, además de tener unos cuantos animales como un par de cerdos, gallinas, un perro y una mula. A esta última le tenía un aprecio especial, porque con ella iba a todos los lugares que su madre le mandaba, por lo que le permitía tener un día mas llevadero en vez de su rutina diaria del campo. Se trasladaba hasta el pueblo a por agua o al río a lavar la ropa, donde se encontraban numerosas amas de casas haciendo la colada también. Hace una aportación : " Desde lejos yo ya podía averiguar si había muchas mujeres. Solo tenía que afinar un poco el oído. Si se escuchaban las canciones típicas, me tocaría esperar mi turno un gran rato."
Cuenta que para poder lavarse, no contaba con una ducha como otros afortunados de su pueblo. Su madre tenía que calentar agua caliente en la caldera y ponerla en un barreño, donde, por orden, iban pasando y así se iban lavando; siempre y cuando, es día se calentase el agua, que era uno de los pocos privilegios q se daban de vez en cuando, porque normalmente lo hacían con agua fría.
A los doce años ya conoció a su futuro marido, que era hijo de unos amigos de sus padres, tambien campesinos, con los que intercambiaban alimentos para no tener que bajar al pueblo a comprarlos. Éste se llamaba Agustín y, por lo que cuenta, no le gustaba mucho, pero "tampoco había más donde elegir" sentencia. Sus padres eran muy estrictos y católicos, por lo que no dejó que su noviazgo se formalizara hasta los quince. 
Cuando cumplió los dieciseis su hermano mediano le hizo el relevo en el campo, por lo que ella aprendió el oficio de su madre: costurera. Desde la casa veía pasar todas las mañanas a los niños hacia el colegio y cuenta que se sentía muy triste porque ella también quería ir, pero que su madre le consolaba diciendo que no se preocupase porque mientras ellos perdían el tiempo con los libros, ella se estaba preparando como mujer que era : sabía lo duro que era el campo y ya estaba preparada para ser una buena ama de casa. Pero a ella eso no la convencía y tampoco lo hacía saber que heredaría la huerta(que no era de gran extensión, ni mucho menos).
Alcanzando los dieciocho, se casó y fue a vivir a casa de su novio como era por costumbre entonces. Tres años más tarde ya tenía su primer hijo, de los cuatro que tiene, al que llamó Agustín como su padre. Le hubiese gustado escolarizarlo como había soñado ella durante tanto tiempo, pero, por la paupérrima situación económica,no pudo y también ha estado hasta los ocho en el campo.
Ya metida en los cuarenta y con ayuda de sus hijos, logra vender la finca y se muda a un piso en el centro de Córdoba, donde ha conseguido terminar de formar a su familia, viendo crecer incluso a sus nietos con el paso de los años.
Con la muerte de su marido, hace tan solo tres años, y las ganas de aprender que ha tenido que reprimir durante tanto tiempo,  se ha decidido por apuntarse a una escuela para mayores. No cabe de alegría cuando cuenta algo sobre la clase, sobre la maestra, que es mucho más joven que ella, sobre sus libros y, mayormente, de lo bien que le va.
Este centro está muy cerca de su nueva casa, por lo que va caminando, allí se encuentra con sus compañeras de clase, que como ella, no pudieron asistir a la escuela en su momento y comienzan las clases, desde las tres y media de la tarde hasta las seis y media. En ellas les enseña desde el principio: leer y escribir, que aunque parezca muy básico, no saben.
Creo que es un modelo a seguir sin duda, ya que con sus setenta y tres años, no hay atisbo de cansancio en ella. Textualmente dice: " Es la mejor elección que he hecho en mi vida: estudiar. Ya me gustaría haber empezado antes, pero bueno, más vale tarde que nunca, ¿verdad? "
Sin duda un modelo a seguir, no he visto persona más viva; no hay atisbo de cansancio en ella. 


MARINA ACEVEDO RUIZ
1º MAGISTERIO, GRUPO "D"

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