miércoles, 2 de noviembre de 2011

Entrevista historia de la escuela

Joaquín Duque Recober, la persona a la que le he hecho esta entrevista nació en el año 1957.
Comenzó la escuela a los cuatro años dentro de un contexto político en el que dominaba el régimen franquista y en el que la iglesia tenía una enorme influencia.
Estudio en el colegio salesiano de montilla, un colegio privado que estaba a unos escasos 800m de su casa, al cual se desplazaba cada día andando.

Nos cuenta que era un colegio que entre sus dominios disponía de un campo de futbol rodeado por un pórtico de columnas y una iglesia, y además contaba con un internado en el cual se hospedaban los alumnos que venían de otras ciudades.


Joaquín detalla que el aula donde estudiaba estaba compuesta por bancas dobles que tenían un tintero en el centro, una pizarra y en las paredes aparecía un crucifijo e imágenes de los santos; Don Bosco y María Auxiliadora.


En cuanto a la enseñanza, podemos hacer dos distinciones claves basándonos en las palabras del entrevistado: Un modelo seguiría la estructura; preingreso, clase media e ingreso y estaría destinado a los alumnos mas avanzados para su posterior acceso al bachiller y el otro no permitiría este acceso a bachiller ya que estaría destinado únicamente a aquellos alumnos menos avanzados que en un futuro se dedicarían a un oficio.

Para adentrarnos un poco mas en el día a día en la escuela vivido por Joaquín, debo explicar que su clase estaba formada por una treintena de alumnos varones que se enfrentaban cada día a asignaturas tales como literatura e historia, favoritas del entrevistado, así como otras recitadas a modo de cantinela entre las que destaca el cálculo. Todas ellas eran impartidas por un único profesor que era el que decidía el orden y la duración de cada una.

Joaquín nos relata que debido a la gran influencia religiosa de la época sobre su escuela, las actividades relacionadas con ella tenían un papel fundamental. Entre éstas destaca acudir a misa diariamente y proceder a la lectura de revistas llamadas ‘‘vidas ejemplares’’ que narraban la vida de personajes simbólicos en la congregación salesiana.
Al finalizar las clases, la escuela ofertaba un comedor para los alumnos internos de la escuela, así como actividades extraescolares que también se hallaban distinguidas según  la clase social a la que pertenecías. Entre ellas cabe destacar la banda de la escuela, en la que ingresaban los alumnos menos pudientes ya que era gratuita y no se podían permitir pagar la otra actividad, que en este caso era la rondalla.



Atendiendo al entorno político-social en el que vivió nuestro entrevistado, Joaquín hace especial hincapié en la excesiva autoridad del maestro, lo que conllevaba a una relación nula con el alumno, y en la dura disciplina impartida en las aulas que llevaba casi siempre consigo castigos físicos. Dentro de los citados por él, me llama especialmente la atención y cito textualmente: << A mi en muchas ocasiones me castigaron poniéndome de rodillas con los brazos extendidos frente a la pizarra sosteniendo un libro en cada mano durante un rato. Muchas veces por faltar a la autoridad de mi maestro, pero otras muchas sin saber un porqué exacto>>

Dentro de este marco socio-político, quizás una de las cosas que mas destaca Joaquín de sus vivencias en la escuela sean las grandes diferencias de clases en las aulas, ya que los hijos de las familias adineradas no mostraban entusiasmo alguno y sin embargo eran los mas privilegiados en cuanto a los resultados. Por el contrario, si tu familia contaba con menos posibilidades, el único medio que te quedaba para igualarte en cierto modo con ellos era ganarte las becas con mucho esfuerzo para obtener las mejores notas y poder seguir formándote.

Me gustaría terminar con una anécdota muy curiosa que me contó Joaquín durante la entrevista:
‘‘Me acuerdo que un día estando en clase, falle una pregunta y el cura me quiso castigar dándome con la varilla en la mano, y yo salí corriendo de la clase y me escondí en casa de mis tías. Luego me enteré de que tenia que ir con mi padre a invitar al cura porque yo había conseguido una beca por las notas’’


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