miércoles, 2 de noviembre de 2011

Francisco David Fernández Ascacíbar Práctica 2ª

CONTEXTO SOCIAL Y POLÍTICO: Diferenciamos entre principios de los 60, que es cuando el entrevistado empieza el colegio, con la dictadura franquista todavía imperante; y finales de los 60 y principios de los 70, periodo en el que desarrolla su etapa de instituto, un periodo de transición en el que los valores absolutistas van dejando paso rápidamente a actitudes más abiertas y relajadas.

DATOS ENTREVISTADO: Francisco Fernández Guzmán (Almería, 1957), segundo de ocho hermanos, no conoció a su padre biológico. Padrastro autoritario y violento que le hizo irse de casa pronto. Su formación educativa tiene lugar en la ciudad de Almería.

MOTIVO POR EL CUAL EL ENTREVISTADO COBRA ESPECIAL INTERÉS: Francisco vive en primera persona el cambio de una escuela propia de la Dictadura hacia la Nueva Escuela más flexible.

¿Cómo era el sistema educativo cuando eras niño?
Primero se entraba a parvulitos, que eran dos cursos. Luego a primero, no recuerdo la nomenclatura, creo que era simplemente 1º, 2º, 3º y 4º. A 1º se entraba con 6 años. La diferencia con respecto ahora es que a partir de 4º, si te considerabas preparado podías hacer un examen, el examen de ingreso al instituto. Si no lo querías hacer porque no querías ir al instituto o porque no te sentías preparado para aprobarlo, te quedabas en 5º y 6º.
Así que se daba una cosa curiosa, que cuando llegabas al primer curso de bachillerato podías hacerlo con 10, o con 13 o 14. Hay que aclarar que el bachillerato eran 6 cursos, en el 4º una reválida, el que la obtenía tenía el título de bachiller elemental. En 6º reválida para obtener el bachillerato superior, si tenías pensado acceder al PREU podías no hacerla. Al final del PREU había otro examen. La verdad es que yo viví una época de cambio, porque cuando estaba en 4 o 5º de bachillerato por detrás de mí ya estaban haciendo BUP y el PREU se sustituyó por COU. Eso me recuerda a la película de Camilo Sesto de los Chicos del Preu (1) (risas).
Ah, se me olvidaba, después del colegio, después de 6º, estaban la escuelas de maestría y de formación profesional, que eran más o menos lo mismo. Lo que serían ahora los módulos supongo.
¿Generaba esa diferencia de edad en las clases de instituto algún tipo de maltrato por parte de los mayores?
No, realmente era un poco al contrario. Si llegabas al instituto con 10 u 11 años, como fue mi caso, los más pequeños llegaban porque solían ser más inteligentes. A veces se producía un poco una relación digamos “paternal” entre los mayores y los más pequeños.

¿No había tantos problemas de convivencia en las aulas como hoy en día?
En líneas generales está claro que no. La razón es clara, en aquellos tiempos no había tanta rigidez con la entrada y la salida del colegio e instituto. Es decir, con 10, 11 o 12 años si no querías seguir estudiando no seguías, por tanto el que se quedaba a estudiar era porque realmente lo quería o lo necesitaba, por tanto no había tantos folloneros. En muchísimas ocasiones era la propia familia la que instaba al niño a no seguir estudiando, no tanto como para ahorrarse el dinero del colegio porque había muchas ayudas (por ejemplo comedor gratis en mi colegio) sino para que el niño aportara un sueldo desde muy pronto. Cuántas veces me dijo mi padrastro que estudiar y leer era una tontería, que me pusiese a trabajar cuanto antes. O sea que el ambiente en las clases era mejor pero por fuerza, porque la gente que estaba allí necesitaba realmente estudiar para que no le quitaran la beca, o porque si suspendías alguna tu padre te ponía inmediatamente a trabajar.

¿Tenías muchos amigos que dejaron de estudiar a temprana edad?
Sí, a veces no era porque fueran malos estudiantes sino porque tenían que ayudar en casa, otras eran gente de campo a los que le tiraba el oficio. A mi me vino bien seguir estudiando porque mi situación en casa era un desastre, así que en cuanto pude me metí en un internado, los 4 primeros años de bachillerato. Entonces eran muy comunes estos internados controlados por curas en el caso de los masculinos, y monjas en el caso de los femeninos; estaban subvencionados y daban muchas facilidades económicas a la gente de pueblo que no podía permitirse un alquiler para estudiar. Yo en concreto no era de pueblo pero la gran mayoría sí. Allí comíamos, dormíamos, vamos, vivíamos excepto en vacaciones de navidad y verano. Ya digo que viví en una época de cambio, cuando finalizaba el bachillerato elemental en el internado ya España se estaba liberalizando y abriendo un poco, y cuando se abrieron los primeros institutos mixtos y la gente vio que no había más embarazos ni nada de eso, se abandonó la línea general de dividir por géneros. Y fue bastante beneficioso porque había gente que tenía que desplazarse muchos kms hasta el instituto que le correspondía por género.
¿Cuáles eran los pros y los contras de estar en un internado religioso?
Los contras eran obvios, muchas horas de rezo, reflexión religiosa (risas) el horario a lo militar, milimétricamente programado, algunos profesores no eran conocedores de su materia, es decir, eran curas enchufados por la Iglesia. Una cosa común era castigar a toda la clase por algo que había hecho uno nada más, llegando a estar toda la noche en una clase hasta que aparecía el culpable. Se aprovechaba para repasar, pero al final el culpable siempre salía por presión popular (risas).

¿Cómo en la película “The Breakfast Club(2)”?
Efectivamente (risas)

Me tenías que hablar de los pros.
Ah sí, los pros eran también muchos, organizábamos ligas deportivas, teníamos sala común con televisión que podíamos ver sábados y domingos, el recinto estaba bastante limpio, eso a la hora de dormir en las literas se agradecía… y sobre todo, al menos en mi caso porque en mi casa algo de hambre pasaba, comía muy bien. Cosa curiosa eran las subvenciones de los americanos, de ahí a que me hinchara de leche en polvo y queso americano. Además, para sacarme una ayuda extra podía trabajar como una especie de ayudante de administrativo, hacía circulares en una especie de fotocopiadora rudimentaria, preparaba notas, vamos, cosas de secretaría.


¿A que se debían estas subvenciones por parte de Estados Unidos?
Pues no se, imagino que por las bases militares y estas cosas… Un poco como la película de Bienvenido Mr. Marshall (3) (risas).
Cuando se habla de escuela en tiempos de Franco siempre se piensa en profesores estrictos, en castigos y reglazos. ¿Cómo lo recuerdas?
En el colegio, a principios de los 60 sí que había un ambiente muy de disciplina, como solo tenías un profesor para todo el año era una lotería. Si te tocaba malo, como a mi los dos primeros años, pues no había día que alguien no se llevara un reglazo o un tortazo en la mano. Si te sacaba a la pizarra y te ponías nervioso: reglazo. ¿Cuántos son 2x3? No lo sabes, reglazo. Eso sí, por ejemplo, en 3º y 4º me tocó Don Ernesto, un profesor muy bueno que no hacía uso del castigo físico.
Eso sí, cuando llegábamos había que cantar el Cara al Sol, hacer el saludo fascista en línea militar, y el centro estaba repleto de simbología franquista y religiosa, por ejemplo recuerdo el yugo y la flecha (risas), las cruces… Ten en cuenta que mi colegio se llamaba Primo de Rivera (risas). Cuando entré en el instituto la cosa cambió, pero es que los tiempos también lo habían hecho, eran ya finales de los 60 y todo el rollo militar y religioso se estaba dejando de lado.

¿Dirías que son buenos recuerdos, es decir, tienes un buen concepto de la educación en aquellos años?
Te voy a decir una cosa, yo estoy muy en contra de cualquier dictadura claro está. Pero no se si porque a mi me tocó ya el final o por qué, pero si te tocaba un profesor bueno, unido al ambiente de disciplina que no hay hoy en día, creo que salía uno mejor preparado que hoy en día. En el examen de ingreso del que te hablé, si tenías tres faltas de ortografía te suspendían… ¿Qué te parece? Además había un examen de cultura general también… Esas cosas las echo en falta, los castigos físicos no, claro. El ambiente de libertad reinaba por su ausencia eso sí. Era todo muy solemne y militar, eso no es bueno está claro. Bueno, y la separación que había entre géneros, eso era un crimen, niños y niñas separados por muros. No es una cosa éticamente muy positiva ¿no crees? .(risas).
Quitando ese ambiente no creo que el sistema educativo haya cambiado mucho, antes teníamos lo que se llamaba Permanencia, que serían las clases de apoyo ahora, había becas para comedores, para libros, bueno, en realidad solo teníamos un libro que era como una enciclopedia, curiosamente la primera asignatura era religión. (risas).
Se me olvidaba. ¿Sabes que echo de menos también? El ambiente de competitividad que había antes, mi profesor por ejemplo, cuando alguien decía una lección bien adelantaba al alumno unas posiciones en clase, se organizaban competiciones de ortografía, matemáticas… que incluso salían en la televisión, como se llamaba el programa…”Cesta y punto”, lo malo es que Almería nunc fue representada, siempre iban colegios de Madrid, Sevilla, Valencia… (risas) Ese ambiente de competitividad entre los propios alumnos creo que también se ha perdido un poco ahora.

1.- Pedro Lazaga. Los chicos del Preu.1967.
2. – John Hughes. The Breakfast Club. 1985.
3. – Luis García Berlanga. ¡Bienvenido Mr. Marshall! 1953

REFERENCIAS AUDIOVISUALES
Un aporte que me parece importante a la par que entrañabilísimo, una canción del grupo Asfalto, compuesta en 1978 que describe inmejorablemente en poco menos de 7 minutos cómo era el ambiente en las escuelas de los años 50-60.
http://www.youtube.com/watch?v=lLTFFc1fd0Y

En esta foto podemos ver tres libros que aún circulan por casa y que pertenecieron a diversos miembros de mi familia. En concreto la enciclopedia ha sido mencionada en la entrevista.



De izquierda a derecha:
1. Aprendizaje Industrial, 1º de Matemáticas. En su interior aparece lo siguiente:
“De conformidad con los Cuestionarios Oficiales para la Formación Profesional Industrial” Orden 18-IX- 63
2. Aprendiz de hombre. Gonzalo Torrente Ballester. En su interior aparece lo siguiente:
“Esta obra ha sido declarada de texto para enseñanzas de Educación Política en 2º Curso de Bachillerato General” 7ª Edición. 1965.
3. Enciclopedia de Grado medio. Impreso en España. 1950. Típico libro de clase-enciclopedia. Es imprescindible ver su índice:


Entrevista y fotos realizadas por Francisco David Fernández Ascacíbar

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