INTRODUCCIÓN
Comenzaré
haciendo una breve introducción sobre la práctica a entregar. Debo reconocer
que he tenido una muy buena experiencia con la realización de este trabajo. Afortunadamente,
tengo que confesar que no me ha costado encontrar a una persona para hacer la
entrevista con las características que se pedían, , ya que mi madre trabaja
desde hace 13 años en una residencia de ancianos en Málaga, llamada “Castilla”.
Al principio cuando se propuso el trabajo dudé si podría hacerlo en la
residencia, es decir, si me iban a dejar formular las preguntas a los ancianos,
pues a veces ponen “pegas” con ese tema, pero lo cierto es que no hubo ningún
problema y pude hacerlo estupendamente. La única condición que la residencia me
pedía es que no se revelaran sus nombres y apellidos, sino que únicamente
mencionara sus iniciales, de modo que así lo haré. También pensé que sería
divertido compartir vivencias con personas de otra generación y con una
educación diferente a la mía.
Decidí
realizar la entrevista no sólo a una persona, sino a dos, el motivo por lo que
lo hice fue para ver aún más las diferencias entre ellos, ya que se las he
realizado a un hombre y a una mujer. Me interesaba conocer en profundidad qué
les diferenciaban con respecto a la escuela cuando eran niños.
Continuaré con las mencionadas
entrevistas…
ENTREVISTAS
1ª Entrevistada
Comencé por la señora A.V.V., ella nació el 24 de abril de 1.929, tiene actualmente 82 años. Nació en Guaro, sin embargo se crió en Ronda. Su padre era guardia civil, su madre trabajaba en casa, tuvo un hermano el cual tenía 5 años más que ella, éste llegó al instituto. Desgraciadamente, ella sólo pudo asistir a la escuela desde los 3 hasta los 7 años, ya que comenzó la Guerra Civil, ella la vivenció y por ello tuvo que dejar el colegio. Tras acabar la guerra volvió a un colegio de Marbella, en el cual permaneció 1 año más.
Ella me contaba que su primer colegio era de pago y de religión católica, era un colegio únicamente de niñas, sólo había dos profesoras, las cuales vivían allí en el colegio en el primer piso, mientras que las clases la daban en el segundo, este colegio era en realidad una casa particular. En clase tenían un libro enorme, parecido a una enciclopedia y que usaban diariamente para aprender, no tenían nada más, su día a día en el aula era aprender de memoria contenidos de ese libro, hacer dictados, leer y de vez en cuando realizaban teatros en clase, en los cuales actuaban e imitaban a figuras católicas. Estas profesoras también las llevaban a misa por las mañanas. El horario que tenía para ir a la escuela era de 9:00 a 13:00 y volvían de nuevo por las tardes, ella iba andando al colegio todos los días. Con respecto al castigo, ella me decía que apenas lo vió, que hoy en día se habla de los castigos en la escuela de antes y que ella afortunadamente no lo vivenció, tampoco lo tuvo en casa, hablaba muy bien de sus padres, me contó que alguna vez recibió un “tortacillo”de su madre, sin embargo, su padre nunca lo hizo. Tenía muy buenos recuerdos de su profesora, decía que era muy buena con ella, que la llevaba a misa y era muy simpática. Al terminar el colegio tuvo que irse con su familia al campo, ya que su padre enfermó.
Me confesó que la escuela le había aportado lo básico y no recordaba ninguna anécdota significativa, nada en particular.
Le pregunté qué diferencia veía hoy en día con respecto a la educación de antes, ella la definió en una sola palabra “Libertad”.
Después
seguí entrevistando a J.C.P., nació en
1934, actualmente tiene 78 años, nacido en Melilla, tenía 13 hermanos (6 niños
y 5 niños), de los cuales conserva sólo 4.
Su padre era dueño de un taller muy famoso de electricidad
en el centro de Melilla, todo el pueblo lo conocía. Su madre sin embargo,
trabajaba en casa. Se tuvo que venir con su familia a Málaga con algo más de 20
años.
La escuela
a la que iba era de pago, de religión católica. Su colegio era exclusivamente
de niños y formaban la clase 14 o 15 alumnos. Su profesor se apellidaba
“Barriento”, tenía gran fama y según él era un gran profesor, todos los niños
de otros colegios que suspendían, iban a éste y aprobaban. Barriento junto con
su mujer vivían en el colegio, ella también impartía clases, era muy buena con
los niños, incluso más que él, me confesó. Diariamente iba al colegio a pie y
aprendían las lecciones del profesor, tenía asignaturas como las de hoy:
Matemáticas, Lengua, Historia, Religión... Ésta última, me decía él, era
aprendida a raja tabla y todo el mundo debía estar de acuerdo y no cuestionar
absolutamente nada.
Haciendo mención al castigo, me
dijo que si lo vivenció, éstos eran golpes en los dedos de las manos con una
regla y sostener en una esquina de clase libros con ambas manos, abiertas en
cruz. Los motivos de dichos castigos eran por cosas de críos, pelearse entre
ellos, jugar en clase, etc. En el recreo jugaba con sus amigos a cazar pájaros.
Con
respecto a la libertad, me decía que poca había, tanto en el colegio como en
casa, si llegaba después del horario fijado por sus padres mal asunto, palabras
textuales de él: “Como llegara después de las 22:00 me esperaba una manta palos
en casa, si no era mi padre era mi madre”. Él reconoció que era un “bicho” de
malo cuando era un niño.
CONCLUSIÓN
Verdaderamente
me ha gustado realizar este trabajo, ya no sólo por compartir estas
experiencias, sino por el trato que recibí de ellos, simpatía, agradecimiento,
bondad, disposición... Salí de allí con una sonrisa enorme en la cara y creo
que también a ellos se les quedó.
Pienso que
hay muchas diferencias entre el ayer y hoy, diferencias de todo tipo, desde la
forma en qué se va al colegio hasta lo que se aprende en él. Me es difícil
pensar en la escuela como era antes, pero para cada uno sus vivencias son
normales y a la orden del día.
Actualmente, la mayor diferencia que veo a la que existía
antes era el castigo, hoy te pegan y el profesor va a la cárcel, ayer era lo
más normal del mundo, algo diario y cosa que se debía hacer para disciplinar al
niño. Generalmente, padres y profesores pegaban a sus niños y éstos a su vez a
sus propios hijos... Desde mi punto de vista se engendraba la violencia,
realmente pienso que se ha de educar al niño de forma que jamás necesite ser
pegado, una buena base de educación será el motivo de una persona no violenta.
Por otro
lado, hay algo que me gustaría que se siguiese manteniendo, los juegos,
antiguamente se jugaba en la calle, en el patio del colegio, juegos entre
niños, al aire libre, sin maldad, hoy día se juega en casa, en el ordenador o
algún tipo de aparato eléctrico, esto hace a mi parecer que la creatividad del
niño se extinga, que la violencia se incremente y la colaboración se disminuya. Hay gran diferencia entre un grupo de críos
que juegan en la calle a un “Pilla-pilla”, a un niño que se encierra en su
habitación para jugar al “Counter Strike” (video-juego violento). Si hoy no
existiera tanta violencia como la que se recibe, tanto de prensa, internet,
televisión... todo sería mucho mejor y no se harían tantas atrocidades, es una
lástima.
Por lo
demás, veo superior en cuanto a contenido, la educación de hoy, es mucho más
completa y variada, prepara más y mejor al niño/a.
Sara Morales Conde.
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