Juana |
Me llamo Juana y nací el
22 Julio de 1925 en Álora (Málaga). Tenía dos hermanos, uno de ellos ya
fallecido. He trabajado en el campo, de ama de casa, niñera, cocinera, poniendo
inyecciones, entre otras cosas. No tengo preparación académica ni siquiera sé
leer ni escribir. Mi padre trabajaba en “lo que le salía” y mi madre haciendo
trabajos artesanales (redondeles de molino para prensar el aceite, cestas,
flores, escobones, etc.). Viví en muchas casas de alquiler, la más grande con dos
habitaciones, dormíamos siempre “apretujados”, no teníamos muebles y comíamos
en un cajón que utilizábamos de mesa donde se vaciaba la comida en un plato en
el que comíamos todos.
De pequeña |
Fui al colegio con 10
años solo durante 20 días ya que tenías que pagar un coste y mis padres no
podían abonarlo, el colegio se llamaba “María Reinosa”, el cual estaba cerca de
mi casa y por ello iba caminando. El colegio solo tenía una habitación donde
solo habíamos 10 o 12 alumnos y nos sentábamos donde “pillábamos”, entrabamos a
las 10:00 y salíamos a las 13:00, habíamos
niños y niñas de diferentes edades, solo teníamos una “libretilla” donde
aprendíamos las vocales “a, e, i, o, u”. Una única maestra era la que nos daba
clase, la cual no tenía ningún título académico, solo era una de las personas humildes
del pueblo que sabía leer y escribir y por ello impartía las clases. Lo que si
hice durante más tiempo es ir a catequesis ya que no costaba dinero y si
asistías siempre cada día te daban una papeleta y al final el que tuviera más
la cambiaba por algún regalo, pero no llegué a hacer la comunión.
En mi infancia siempre
he tenido que cuidar de mis hermanos ya que yo era la mayor de los tres y
siempre he estado ayudando a mi madre en todo. Mi madre ha sido muy estricta
con nosotros, y nos ha educado “a fuerza de leña”, siempre que estábamos en la
calle jugando y escuchábamos “ssssshhh” corríamos hasta nuestra casa
apresuradamente ya que esa era la llamada de nuestra madre. Una de las
anécdotas que recuerdo relacionada con mi madre era un día que me pidió que
comprara un ovillo de lana, y al regresar a mi casa tenía que pasar por encima
de una acequia (arroyo), no sé como pero el ovillo se me callo y yo por temor a
que mi madre me regañara me tiré a la acequia en su busca, por suerte que un
hombre que estaba por allí me visualizo y vino a socorrerme.
Cuando tenía 11 años mi
madre entro en la cárcel durante 4 años y medio a causa de que una vecina
corrió el rumor de que mi madre había dicho cuando mataron a un hombre:
“bueno... si lo han matado un fascista menos”, yo me hacía cargo de todos los
quehaceres de la casa como por ejemplo iba a lavar al lavadero público, y a
causa de mi corta edad no alcanzaba a lavar la ropa y entre todas las vecinas
me ayudaban y enseñaban. Al salir mi madre de la cárcel nos empezó a ir económicamente
un poco mejor. A mis 17 años mi padre se cayó a un rio y cogió un fuerte resfriado
el cual no se le quitaba y a causa de ello murió.
Realizado
por:
Laura María
Gómez Domínguez
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