NARRACIÓN
DEL HECHO HISTÓRICO
Yo y mi abuelo |
Antonio
M.H, mi abuelo, nació del 1 de diciembre de 1938, en Valencia, pero con seis
meses se trasladaron a Málaga, su padre era militar y su madre ama
de casa. Tiene cinco hermanos por parte de madre y dos por parte de
padre estos dos últimos están en Rusia.
Se
vio envuelto en un contexto duro y difícil en la dictadura de
Franco, como curiosidad me cuenta que en los trabajos se iba a misa y
el que no iba era expulsado del trabajo y que lo que hoy en día se
les lama periodistas entonces eran “chivatos”.
Vivió
en Bobadilla (Antequera), iba a la escuela cuando podía era una
escuela pública y siempre lo hacía andando no utilizo ningún medio
de transporte y se encontraba más o menos a unos tres kilómetros,
no recuerda el nombre de la escuela, pero si recuerda como era el
aula, sólo había chicos resalta “por supuesto” estaba prohibido
estar las chicas y los chicos juntos.
Escribían con pluma y en la mesa había un tintero, tampoco había
bolígrafos solo lápices a los que sacaba punta con una navaja.
Sus
asignaturas eran básicamente sumar, restar, multiplicar y dividir
(Las cuatro reglas), el abecedario y mucha importancia a la religión
recuerda que iban a misa.
Habla
de las cartillas que trabajaban, por que comenta que cargando cubos
de pescado se puedo comprar su primera cartilla.
Como
ya e dicho iba a la escuela cuando podía por que la mayor parte del
tiempo tenía que trabajar para comer, cuenta que en ocasiones le
daba clases en su casa un maestro rural, dice que los maestros
rurales de Antequera eran los perdidos en la guerra, que eran de
izquierda y tenían titulación pero no podían ejercer por que no
les dejaban. Les pagaba dos pesetas al mes y les daba de comer.
Refrán:
“Pasa más hambre que un maestro de escuela”
Recuerda
a su profesor de la escuela con mucho cariño “Don José”, lo
describe como una persona humilde y afectuosa algo que se apreciaba
mucho en aquel entonces puesto que la visión de un maestro era como
la de un “militar” era el que mandaba y si te portabas mal y se
lo decían a tus padres encima ellos te pegaban.
Cuando
le pregunto por la diferencias entre ayer y hoy que puede
apreciar me dice sin titubear la “libertad”, dice que entonces no
tenían prácticamente ninguna de las libertades que tenemos ahora y
la poca libertad que tenían era controlada.
El
tema de los castigos lo recuerda muy bien y dice que eso
nosotros ahora lo veríamos como una tortura. Algunos de los que me
comenta era ponerse de rodillas en el suela con los brazos en cruz
sosteniendo libros, también les castigaban sosteniendo una moneda
con la nariz contra la pared para no separarse de ella, los golpes
con la regla sobre las manos, pero lo curioso era que nunca le
tocaban la cabeza ni la cara. Y todo esto sólo podía ser por ser un
niño inquieto.
El
tema de la igualdad tiene claro que no existía ningún tipo
de igualdad, mucha diferencia entre pobres y ricos ya que los mejores
maestros eran para la gente que se los podía costear.
Anécdota:
Cuando se fue de la escuela para trabajar, una de las veces fue a
escondidas y cuando el maestro contó los alumnos observó que
sobraba uno. Levantó la mano y cuando el maestro revisó el trabajo
de sus cartillas le dijo que era una lastima que no fuera a la
escuela y él le respondió que su madre no quería. Ese mismo día
fue a decírselo a su madre y su reacción fue pegarle una paliza y
que se olvidara de estudiar por que tenía que trabajar para comer.
OPINIÓN
PERSONAL
En
mi opinión considero que como ya todos sabemos las diferencia entre
la escuela de ayer y hoy son obviamente notables pero aún así, es
la que nos ha dado paso a nosotros y que por muy diferente que la
veamos y personalmente a mí me han impactado muchas cosas como los
castigos, hay que reflexionar y pensar que no estamos hablando de
2012 estamos hablando de un contexto sociocultural muy distinto en el
que la dictadura de Franco dominó la forma de vivir de las personas
y en el que prevalecían las creencias religiosas.
Me
parece admirable con el cariño y la emoción que cuenta lo que puede
recordar de este tiempo a pesar de reconocer que tubo una infancia
realmente dura. Creo que los valores y los principios y sobre todo la
madurez que se veían obligados a alcanzar los niños a una edad tan
temprana en aquel entonces no tiene nada que ver con lo que vemos
ahora. Me ha parecido una experiencia bastante enriquecedora y muy
bonita por que sólo con ver la felicidad de su rostro por recordar
otros tiempos merece la pena.
Tudela Montenegro, María. 1º Pedagogía.
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