Maruja estuvo en dos colegios, el primero era el de La Goleta y el segundo no lo recordaba, ya que estuvo menos tiempo.El primero era un colegio de monjas, y dice que iba andando ya que estaba cerca de su casa.
Las clases dice que eran por sexo, las niñas estaban en una y los niños en otra, y dentro de ellas había niños/as de distintas edades, es más ella misma dice haber estado en la misma clase que su hermana que era mayor que ella dos años, ya que dice que en aquella época eso no importaba.
Las clases no eran muy grandes, ya que no había muchos alumnos/as y en ellas solo había lo necesario para dar la clase, pupitres y sillas, un pizarrín pequeño y allí les daban los libros para que leyeran y escribieran, ella dice que en ese colegio aprendió lo poquito que sabe, que es leer y escribir, y los materiales del colegio eran los necesarios para que aprendieran esas cosas y no se lo podían llevar a casa, porque era propiedad del colegio. El horario que tenían era: por la mañana iban unas cuantas horas, regresaban a casa para comer, y luego volvían al colegio otro par de horas más. Dice que su padre estaba de acuerdo con que fuera al colegio, y que sabían perfectamente tanto el padre como la madre el horario que tenía y que no podían tardar en llegar a casa ni un solo minuto, y dice que siempre lo cumplieron tanto ella como su hermana, ya que le tenían un respeto bastante grande a su padre.
La relación
entre los padres y los profesores dice que no era muy grande, ya que dice que
solo hablaban con los padres en caso de que hubiera algún problema y se hubiera
incumplido alguna norma.
Como ya he
mencionado antes, el colegio era de monjas, luego era católico y dice que las
clases las impartían unas señoritas que eran las maestras, eso a las niñas, y a
los niños eran maestros.
El método que tenía la docente para dar clase dice no
acordarse muy bien, pero cuenta que explicaba las cosas y luego ellas las
hacían, me cuenta que aquella época era más dura que esta, en el sentido que se
le tenía mucho más respeto a los maestros que el que se tiene ahora, ya que a
la mínima te castigaban de manera muy dura o directamente te expulsaban del
colegio. Ella dice haber sido una niña ejemplar, y que por suerte nunca sufrió
ningún castigo, pero que vio lo mal que lo pasaban algunas de sus compañeras
cuando no obedecía a la maestra y la castigaban pegándoles con una regleta
grande en la mano y poniéndolas contra
la pared durante horas, sin poder moverse, ni hablar ni nada hasta que
la docente lo dijera. También me
dice que no recuerda exactamente cuántos
años estuvo en la escuela, pero que fueron los necesario para aprender a
escribir y a leer, y que eso le ha servido para muchas cosas en la vida, ya que
dice que sabe que hay mucha gente que por desgracia con la edad que ella tiene
no saben hacer esas cosas, pero que tenía claro desde pequeña que ella de mayor
solo se quería dedicar al igual que su madre, al cuidado de su casa y de sus
hijos para que no les faltaran de nada y que su marido ha sido el que ha
trabajado fuera de casa. Dice que en aquella época sí que había influencia
tanto religiosa como política. Me cuenta que cuando la Guerra Civil, recuerda
que tuvo que mudarse de casa junto con sus padres y su hermana a otra casa
mucho más lejos de la que vivía y que cerca de la casa en la que estaban
tiraron una bomba que retumbó toda la casa y rompió todos los cristales y que
recuerda eso perfectamente, ya que pasó mucho miedo.
En su opinión le gustaba mucho más aquella época que la de
ahora, ya que dice que en esos años los/as niños/as tras el colegio, jugaban
todos juntos en las calles a la comba, a las canicas… y mientras las madres, en
las puertas de las casas haciendo croché y
hablando unas con otras… y no como ahora que dice que los niños se pasan
las horas pegados a la televisión y los mayores igual, y que eso hace que no
haya tanta comunicación como antes y que las niñas se echan novio y punto. Me
cuenta que el día que le gustaba más era los domingos ya que se vestían de
limpio e iban a pasear con sus padres.
Dice que
también era mucho más tranquilo todo, que las madres podían estar tranquilas de
que sus hijos jugaran en la calle solos, que no les pasaba nada, y no como
ahora que no pueden tener esa tranquilidad, ya que a la primera de cambio se
llevan al niño y lo secuestran.
Y también me comenta que encuentra la
educación que se daba antes mucho más veraz que la de ahora, dice que los/as
niños/as de ahora tienen el respeto perdido tanto a los padres como a los/as
profesores/as.
Como anécdota me cuenta, que una vez de pequeña en uno de los
descanso del colegio, al salir al patio donde jugaban, se encontró con una caja
de lápices de colores y al ver que nadie
la cogía, la cogió ella y se la llevo para su casa, y dice que cuando llego a
casa y le dijo a la madre lo que había hecho, ésta le regañó muchísimo por
haber cogido algo que no era de ella y encima propiedad del colegio, y le dijo
que no se le ocurriera hacerlo más, es más, me cuenta que le hizo volver
inmediatamente al colegio a devolverla y a que se disculpara de haberlo hecho y
que ese día se quedó sin poder salir a la calle a jugar como de costumbre y
tuvo que ayudar a su madre en todas las faenas de la casa y que la madre le
amenazó con que como no cumpliera el castigo se lo diría al padre cuando
llegara de trabajar y sabía que con él
tendría un castigo mucho más grande.
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Entrevista
hecha por: María Nieblas
Escalante, 10 del grado de Pedagogía, grupo B, Curso 2011/2012.
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