Historias de la vida
María V.C, mi abuela, nació el 12 de Agosto de 1926, en Olvera
(Cadíz). Es la más pequeña de tres hermanos, dos varones (ya fallecidos) y ella
que actualmente tiene 85 años.
Su padre trabajaba en la cosecha de su propio campo, mientras
su madre se encargaba del cortijo, de sus hijos y de los animales.
Empezó la escuela de los 6 a los 7 años, en el colegio público
de Doña María. Las clases estaban divididas entre niñas de poca edad y más mayorcitas.
Los niños estaban en otro colegio distinto. Cada clase tenía su propia maestra,
ya que había unas 30 alumnas en cada clase.
Su material era una pizarra con un pizarrín para escribir y para borrar un trapito, aunque
después ya tuvieron su cuaderno y un lápiz.
Les tenían mucho respeto a las maestras, ya que tenían disciplinas
y castigos duros. Pegaban con tablas de maderas, en las manos de las alumnas si
estas no estaban calladas o simplemente por no saberse la lesión.
Aprendió en la escuela a sumar, restar y multiplicar a leer y
a escribir, aunque no le gustaba mucho la escuela su materia más interesante
era la lectura, pero desarrollo todas las demás hasta el día de hoy.
Daban clases de religión y rezaban todos los días.
Su horario era de nueve de la mañana a una y media o dos del
medio día. Cuando salían de clase se iban todas las amigas juntas agarradas de
la mano, y a por las más pequeñas iba la madre o algún familiar.
No hacían actividades extraescolares y almorzaban cada una en
su casa no existían como a día de hoy comedores escolares.
Tampoco existían tutorías con los padres, a no ser que fuera
un caso urgente e importante. La relación de alumno- maestro era muy estrecha,
ya que el maestro se imponía ante el alumno.
Su etapa educativa, se vio cortada por primera vez a los 10
años, con motivo de la Guerra Civil Española, ya que tuvieron que abandonar el
pueblo, e irse a un cortijo muy grande a las afueras del pueblo varias
familias, al ver que iban a bombardear el pueblo. Todos se fueron andando,
menos su padre que lo monto su hermano mediano en una burra por qué no tenia movilidad
suficiente en las piernas para andar tanto camino.
Allí estuvieron sin comida unos tres o cuatro días, la comida que
podían alcanzar eran los huevos de unas gallinas que allí había y se los comían
crudos. Pero su hermano cogió de la casa corriendo en el momento de irse una
talega de pan que tenía a mano y se llevo. El pan lo repartieron sobre todo a
los niños pequeños, ya que lloraban de hambre.
En son de paz tenían una gran bandera blanca en lo alto del
tejado del cortijo, para cuando pasaran los aviones saber que buscaban la paz.
Cuando les avisaron que podían volver al pueblo, se encontraron el pueblo totalmente
desalojado, las casa desordenadas, muebles en la calle, un desorden total.
Volvieron con pañuelos bancos en las manos por si aun existía algún
intruso allí que supiera que iban en son de paz.
Cuando todo se normalizo volvió a la escuela y fue a los 15
años cuando termino definitivamente su etapa educativa, por que pasaba más
tiempo en el campo que en el pueblo.
Ella ha sido siempre ama de casa y se encargaba de sus dos
hijas y su marido.
Ana María Galán Albarrán
1º Pedagogía turno tarde
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