Narración
de un hecho histórico
Nelli Baranzano es una señora de 85 años que nació en
un pueblo muy pequeño cerca de Rocha, Uruguay. Es la octava hija de
nueve hermanos.
Nació dos años antes de la crisis del '29 y su familia
vivía de la ganadería, por tanto, esta se vio muy afectada, ya que
el precio de la carne bajo, sin embargo, el ámbito escolar no se vio
afectado por la caída de la bolsa.
Ella comenzó el colegio con 6 años, sin embargo, puso
mucho énfasis, en que no era obligatorio.
Recuerda, que tenía que ir con bata blanca y moña azul
y que antes de entrar a clase, tenían que hacer fila de menor a
mayor altura. Su colegio, de campaña, era público y laico, al igual
que la mayoría de colegios públicos del país.
Cuenta, que los colegios religiosos eran privados y los
niños iban por una parte y las niñas por otro, lo recuerda bien,
porque a su hermano pequeño, que era muy travieso, sus padres lo
mandaron a ''Los Maristas''.
Al vivir en un pueblo, su colegio estaba muy cerca de
casa, por tanto, ella se desplazaba, junto a sus hermanos, andando;
riéndose, me contó, como una vez, por desobedecer a su hermana
mayor, se cayó del puente y ese día no fue a clase, y su madre al
llegara a casa la regañó y la puso de ''penitencia'' (la castigó).
Me comentó que hubo una época en la que no pudo ir al
colegio porque Rocha estaba en época de inundaciones y como para
poder ir tenían que pasar por el río, era imposible despazarse
hasta allí.
Dijo que ella se alegró de no poder ir, pero que en su
casa su familia lo pasó mal porque se ahogaba el ganado.
Al preguntarle sobre si recordaba como era su colegio,
no supo muy bien que decirme, solo recordaba que era muy chiquito,
que tenía un patio y que en el fondo, el marido de la maestra,
cultivaba vegetales, que estaban separados del resto del patio por un
alambrado enorme.
Comentó que su aula tenía dos especies de ventanales,
que de un lado daban a la calle y del otro lado al patio.
Me dijo textualmente: ''pero las mesas no eran como las
de ahora, eran bancos y nos sentábamos dos por cada mesa, delante de
nosotros teníamos dos tinteros''
Le pregunté si la mesa del profesor estaba sobre alguna
especie de tarima, y me contestó que no, que ''el pupitre'' de la
maestra estaba al mismo nivel que el de los alumnos.
Ella recuerda con mucho cariño a su maestra, tenían
muy buena relación aunque esta aveces impartiese castigos duros,
como por ejemplo arrodillarse sobre garbanzos o poner los dedos
juntos y que les diese con la regla, esto solo lo hacía cuando
hablaban en clase o no prestaban la suficiente atención, me recalcó
mucho, que lo de los garbanzos solo se lo hacía a los niños.
Cuando le pregunte si le habían impartido algún
castigo a ella, me dijo muy orgullosa que muy pocos, que ella era una
buena estudiante.
Me comentó que en su clase estaban los de primero,
segundo y tercero, que eran los que iban por la mañana, y que
cuarto, quinto y sexto iban por la tarde.
Por tanto, en su clase, que era mixta, habían niños de
muchas edades diferentes.
Alumnos con túnica blanca y moña azul |
Solo tenían un libro de texto y que mientras la
maestra, que era la misma para los de la mañana y otra diferente
para los de la tarde, les ponía ejercicios a los de primero, les iba
dando otra tarea a los de segundo y otra diferente a los de tercero.
Me llamó mucho la atención que no recordaba el nombre
del colegio, pero recordaba perfectamente el nombre y apellidos de su
maestra ''María Techera de Verós'', me recalcó varias veces que su
profesora de los tres primeros años era la ''directora'' del
colegio, también me dijo que todas las maestras eran mujeres.
En su época, las alumnas que terminasen cuarto de la
E.S.O., que allí se llama Liceo, ya podían ejercer de maestras,
generalmente, eran personas cuyas familias conocían a algún
político.
Las clases no eran numerosas ya que habían mas o menos
38 personas por ciclo; las materias que daban eran las básicas,
matemáticas, lengua, historia del Uruguay y alguna más que ella no
recuerda con claridad.
La que más le gustaba a ella era lengua, porque le
gusta mucho leer, sin embargo, la que mas odio le tiene es a
matemáticas, porque dice que nunca se le ha dado bien, me contó,
riéndose, que cuando estaba en el liceo, su padre le daba corderos a
el profesor, para que le aprobase la asignatura.
La figura de maestra era una figura de respeto, bastante
exigente y a la que siempre, sin ninguna excepción, tenían que
hacerle caso.
Cuando le pregunte que si iba con ganas al colegio, si
tenía entusiasmo me dijo que si, y no lo dudo ni un solo segundo, me
dijo que tenía muy buenos recuerdos de cuando iba al colegio, del
recreo y de sus amigas, de quienes también recuerda exactamente sus
nombres y apellidos; pero destacó que siempre había algún rebelde
al que le gustaba menos que a los demás.
Es sorprendente saber que con poquitos materiales se
puede dar clase de manera satisfactoria, ya que solo disponían de
reglas de madera y plumas, que le pertenecían al colegio.
Daban una asignatura por día.
La verdad es que no recuerda muy bien que horario tenía,
pero mas o menos era de 8:30 a 12:00 ya que allí a las doce se
almuerza.
Su rutina era llegar y hacer fila y a las 10:30-11:00
tenían el recreo, no recordaba nada más.
En aquella época no solían hacer excursiones, solo
recuerda una y la recuerda con mucho cariño; fueron a ''La
curitiva'' que es un pueblo de la frontera de brasil, justo al lado
de el pueblo ''18 de julio'', al que pertenecía Nelli; fueron junto
a sus padres, los que podían, porque como vivían en un pueblo muy
chico, los profesores y los padres tenían contacto y se conocían
bien; por tanto, la relación entre padres y maestras era muy buena.
En Uruguay al ser un país laico, en los colegios
públicos no hay influencia religiosa de ningún tipo, sin embargo
hay mucha influencia política.
La educación obligatoria fue implantada por Jasé Pedro
Varela, quien impuso, la ley de llevar túnica blanca, al igual que
el que propuso que la educación fuese pública, laica y obligatoria,
aunque esta ley se aprobó en el siglo XIX, no se llevó a cabo hasta
muchos años después.
Nelli recuerda haber estudiado a esté gran intelectual
uruguayo, quien terminó convirtiéndose en uno de los mayores
intelectuales de la educación del país. Ella estuvo hasta los 11
años en la escuela y luego estuvo 2 años en el Liceo, pero no lo
acabó.
La última pregunta que le hice fue que si le había
servido sus estudios a la hora de trabajar profesionalmente, y con
mucha pena me dijo que no, que ella no tenía profesión, que ella
siempre se ha dedicado a ser ama de casa.
Realizado por: María Bethania Carvalho Da Silva. 1ºD
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