La historia
en la escuela de Rafael.
Cuando
llegué al hogar del jubilado, me encontré con Rafael, cuyo rostro era reflejo
de los estragos que causó la posguerra en nuestro país.
Rafael
(quien no ha querido revelar sus apellidos) nació en 1946. Fue a la escuela
hasta los catorce años, ya que, una vez había aprendido las cuatro operaciones
básicas de matemáticas y lo básico sobre lectura y escritura, le sacaron de la
escuela para trabajar.
“El que era
un poquito más listo y veían que podía se quedaba más tiempo estudiando, pero
yo tenía que comer, y para comer, tenía que trabajar” Contaba
Rafael.
El único
aspecto positivo que este hombre me
destacó sobre su etapa escolar, fue que vivía relativamente cerca de su
escuela, por lo que podía desplazarse caminando sin mayor dificultad ni mayor
esfuerzo.
El ambiente
en las clases era muy triste. La relación entre alumnos y maestros era pésima,
casi nula, por no hablar de la que tenía los propios maestros con los padres,
inexistente totalmente. Se ejercía frecuentemente el correctivo físico o el
castigo.
“Si te
pasabas no tardaban mucho en soltarte la mano, si te pasabas ya dos veces te
volvían a dar y te ponían de cara a la pared”
El método
de enseñanza estaba claramente marcado por la dictadura franquista y la
influencia de la Iglesia. El único material con el que contaban los niños eran
un lápiz, un libro y la “doctrina”, como la definió Rafael.
“La
doctrina primero y ya el libro era lo último. Pero primero la doctrina”
Bajo esta
doctrina, los niños no salían al patio a jugar, sino a cantar en coro el Cara
al sol, y la única actividad extraescolar que realizaban era visitar la iglesia
los jueves y rezar todos juntos.
Este hombre
recordaba como fueron sus clases: “No era como es ahora, de jugar con los niños ni nada de eso, no. Había
que estar bien puesto en el sitio y
escuchando al maestro, sino…”
Ahí fue cuando Rafael me hizo un gesto con
la mano en horizontal y entre risas.
En
definitiva, esto fue lo que Rafael pudo recordar de su etapa escolar:
“Mucha
hambre. Había que ganarse el pan, lo de estudiar era para los que tenían
dinero, así que a los catorce me sacaron para trabajar. Yo soy un analfabeto
prácticamente”
Pablo Falcón García 1ºD Primaria
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