sábado, 30 de abril de 2011

Narración de un hecho histórico por Mª José Gómez

El relato data del año 1946, España estaba gobernada por el General Francisco Franco, había muy poca comida ya que estaban saliendo de los estragos que la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial habían ocasionado.

La legislación vigente en Educación era la Ley de Instrucción Pública de nueve de septiembre de 1.857, conocida como Ley Moyano (Ministro de Fomento) y fue firmada por la Reina Isabel II. Fue la primera Ley General de Educación, aclaró todo el desorden legislativo escolar que venía dándose en los últimos cincuenta años.

Mi madre empezó a ir al colegio con 6 años hasta los 14 años, sus recuerdos remontan a los 12 años, ella iba a un colegio que había en el barrio de la Trinidad, se llamaba La Barrera y solo asistían niñas.

El horario era por la mañana de 9:30h. a 12:30h. y por la tarde de 15:00h. a 17:00h. Tenían que ir al colegio con un babero blanco, hasta los profesores tenían que ir con baberos, los profesores baberos grises y las maestras baberos blancos.

Formaban filas para entrar en clase y antes de entrar cantaban el “Cara al Sol” en el patio del Colegio y luego una vez dentro rezaban el “Ave María”. No tenían libros para dar las clases, la profesora escribía en la pizarra la materia a dar y estudiaban las lecciones cantando. Años más tardes utilizarían un único libro llamado la Enciclopedia Prácticas Escolar en el que estaban incluidas todas las materias.

A las 12:00h. de la mañana rezaban el Angelus y por la tarde rezaba el Rosario mientras se daban clase de labores prácticas.

Cuenta mi madre que tenía una compañera que estaba enferma del corazón y no podía asistir a clase, entonces ella después de clase iba a su casa y le enseñaba a leer y escribir y su profesora le dijo que ese acto según la religión era una “indulgencia plenaria”.

Otra anécdota que me cuenta mi madre es cuando hizo su  1ª Comunión, la hacían con 7 años e iban vestidas con el babero blanco del Colegio, salían en fila todas las niñas hacia la Iglesia, hacían la Comunión y luego regresaban al Colegio y allí les daban chocolate y galletas. Ella hizo la Comunión tres años seguidos para poder tomarse el chocolate y las galletas que después daban, hasta que la profesora se dio cuenta y no la dejó hacerlo más.

1 comentario:

  1. Buenísima la anécdota del chocolate, Maria José. Me he reído mucho. Gracias por compartirla.

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