martes, 19 de abril de 2011

Educar en otra época

Narración de un hecho histórico.
Mario nació en Málaga, en el año 1937, en plena guerra civil española, hijo de militar, no le quedó otra, tuvo que estudiar pues es lo que su padre quería y su familia se lo podía permitir, no sólo él por ser el único hijo varón, sino que sus tres hermanas también lo tuvieron que hacer. En 1943  entró en el colegio de la Goleta, era un niño al que no le gustaba estudiar y las monjas le recriminaban por ello; al ser hijo de militar estaba bien mirado, esto no ocurría con otros a los que a veces les llamaban “rojos”. Cuando su padre llegaba de las milicias se informaba de todo lo que había hecho en el colegio y claro está, las monjas le contaban lo que no hacía, esto determinó que su padre lo despegara de las faldas de su madre, ya que él estaba muy protegido por  ella y decidió mandarlo a Madrid,  interno, con los hermanos Maristas.
En el año 47 los métodos de enseñanza (Ley Moyano 1.857) se centraban en la instrucción, predominaba el autoritarismo, el castigo físico y la intervención de la iglesia, patrones que seguían con la dictadura de aquel momento; él cuenta que su experiencia con los curas no le gustó en absoluto e insiste que no fue un niño muy revoltoso porque había aprendido lo que pasaba cuando no estudiabas o cometías un error, así que solía ser bueno delante de ellos.
Su trauma fue la separación física de su madre, eso le dolía y recuerda que llegó a odiar a su progenitor y también le marcó el estudiar con el clero, tanto que ninguno de sus hijos han estudiado en colegios religiosos. El odio por su padre fue disminuyendo conforme iba creciendo hasta convertirse en admiración, comprendió que si su padre no hubiera hecho nada al respecto no hubiera llegado a ser una persona con criterios, valores y conocimientos.
El padre de Mario murió en 1948, pero él siguió estudiando hasta los 18 años, igual que sus hermanas, luego prestaría servicio militar y se quedaría para hacer la misma carrera; dejó la carrera militar teniendo el grado de teniente, entendiendo que éste no era su camino aunque hubiera sido el de su padre, siguió siendo funcionario pero de otra índole. En la actualidad Mario tiene 74 años y está bien, aunque puntualiza que  la enseñanza de antes no era la más adecuada pero considera que la de hoy no es mejor, porque antes había respeto hacia los docentes y hoy es inexistente.

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