miércoles, 20 de abril de 2011

Cambiar la escuela por trabajo

Corrían los años 40, entre 1942 y 1944 fue el tiempo que mi abuela, Vicenta, asistía al colegio, entre los 6 y los 8 años.                                                                          
Vivía en su pueblo natal, ahora el mío también, Setenil de las Bodegas, un pequeño pueblo de la sierra de Cádiz, en el cual parecía gobernar la izquierda, recuerda mi abuela. Aunque en aquellos tiempos no sabían mucho de política, los niños al menos, ya que estaba casi prohibido hablar de ello. En cuanto a España, era gobernada por la falange de Franco.
Su situación familiar no era muy fácil, ya que su padre tuvo que irse de España a Francia, por motivos políticos, cuando ella tenía sólo 2 años y no volvió a verlo más. Pero tuvo la oportunidad de ir a una pequeña escuela pública del pueblo, con 6 años, aunque, por aquel entonces, no era obligatorio asistir a la escuela.                                
Los niños y las niñas estudiaban en clases aparte, con una maestra para las niñas y un maestro para los niños. Iban tanto por la mañana como por la tarde. En su clase había niñas de todas las edades y la maestra daba a cada una la “cartilla” correspondiente a su nivel, además tenían unas pizarras pequeñas en las que la maestra les ponía ejercicios que ellas realizaban. Aprendían a leer, escribir y hacer cuentas.
Cuenta que la maestra sí les pegaba con la regla cuando hacían algo mal, pero que a ella no tuvieron que pegarle nunca. Su maestra si tenía algo parecido a una carrera de magisterio, pero que el maestro de los niños no, sólo era un hombre que sabía leer, escribir y algo de números.
Con poco menos de 8 años, también asistía a una especie de clases particulares, con una maestra o maestro de pago, con los que realizaba ejercicios en la pizarra.
Cuando ya tenía 8 años y sabiendo leer, escribir y hacer cuentas, tuvo que dejar de ir al colegio y de asistir a las clases, tenía que ponerse a trabajar, ya que, como se ha comentado anteriormente, sólo tenía a su madre para traer comida a casa, por lo que ella y su hermana, algo mayor, tuvieron que ponerse a trabajar por necesidad, terminándose, a sus 8 años, su etapa educativa en la escuela.

LAURA GARCÍA GONZÁLEZ
Setenil de las Bodegas (Cádiz)

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