lunes, 25 de abril de 2011

"un vistazo al pasado".. Antonio Aguilera.

La pequeña anécdota que voy a redactar se trata de la infancia de Antonio, un hombre de 67 años.
Su familia era de un pueblo de Córdoba y ni su hermana ni él iban a la escuela, cuando eran pequeños  (él tendría unos 7 años, por tanto corría el año 1951) su padre que llegaba cansadísimo de trabajar durante todo el día en el campo, por la noche después de cenar se ponía todos los días una hora con los dos para enseñarles a leer y escribir.
Antonio recuerda con cariño como su padre les ponía unas frases que tenían que repetir en un folio y unas pocas cuentas de sumar y restar, poco más ya que tampoco él sabía demasiado más.
Pocos años después cuando él cumplió los 10 años, se presentó a unas pruebas para entrar al bachillerato (que estaba bastante lejos de su pueblo)  y haciendo lo poco que sabía se compadecieron de él y le dieron una oportunidad, pero como él cuenta nostálgico, a lo que se dedicó fue a irse con los amigos que hizo en clase a robar peras y naranjas que se comían a la vuelta de la esquina.
Entonces desde el ayuntamiento de Córdoba capital, se dedicaron a crear pequeños colegios en las zonas más pobres, eran colegios en los que había niños y jóvenes de todas las edades mezclados: la profesora enseñaba a los más necesitados, los jóvenes enseñaban a los más pequeños pero como Antonio dice: SIEMPRE los tenían haciendo cosas.
Recuerda cómo admiraba a aquella profesora que lo daba todo por sus alumnos, que se preocupaba por ellos y que no descansaba nunca ya que por la mañana atendía en el colegio a los niños y jóvenes, por la tarde a las personas mayores y por la noche a los hombres que trabajan durante todo el día y que querían estudiar.
Antonio dice que ella era un ejemplo a seguir y que siempre quiso ser como ella y ayudar a la gente.


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